El género del sigilo tiene una larga tradición en el videojuego, con grandes títulos que nos han cautivado por sus momentos de tensión y su acción lenta y pausada, su obligación de movernos con cautela y buscando escondernos en las sombras, aventuras no aptas para los amantes de los combates frenéticos a tumba abierta y las ‘ensaladas de tiros’. Con toda esta tradición en el retrovisor, el estudio español Baby Robot Games debuta con su primer juego. Ereban: Shadow Legacy, innovando en el género con una vuelta de tuerca sorprendente: esconderte en las sombras de manera literal, sumergiéndote en ellas.
Esa fue la idea que hizo surgir el juego. En una reunión de trabajo (en un bar, por supuesto) los en aquel momento estudiantes de la Universidad Pompeu Fabra idearon una mecánica para desarrollar un juego para su proyecto de fin de máster (y la dibujaron en una servilleta del bar, por supuesto). Aquella idea era desarrollar un videojuego de sigilo, que obligase a los jugadores a ocultarse de los enemigos (mucho más poderosos e inasequibles en el enfrentamiento directo) utilizando las sombras para ocultarse. Pero valiéndose de una capacidad sorprendente: sumergirse de manera literal en las superficies cubiertas por la sombra. Esta capacidad permite ‘desaparecer’ mientras se avanza por el suelo o subir o bajar por paredes verticales, siempre que estas superficies estén cubiertas por la sombra.
Esta mecánica, para la que pensaron utilizar una forma parecida a la mecánica de ‘navegación a través de la tinta’ del título de Nintendo Splatoon, obligaba a fusionar esta habilidad del personaje con el sistema de luces del juego, la física de luces y sombras. Todo un reto técnico que una vez logrado, se ha convertido en la piedra angular de Ereban: Shadow Legacy, un interesante y ambicioso juego de aventuras, acción y sigilo con mucho estilo y muy bien resuelto.
Tras la aventura universitaria, aquel grupo de chavales decidieron seguir con el proyecto y hoy, casi ocho años después, Ereban: Shadow Legacy es una realidad y se lanza hoy mismo en PC (Steam) en todo el mundo.
El juego nos coloca en un futuro distópico, en un planeta devastado y dominado por una poderosa corporación denominada Helios. Nuestra protagonista es Ayana, la última de los Ereban, una raza desaparecida que cuenta con una especial relación con las sombras. Su pueblo tiene el poder de fusionarse con ellas y moverse libremente por las superficies sombrías. Desde el principio, Ayana se verá en medio de una guerra entre la enorme corporación y una facción de agitadores que se resiste y lucha contra ella. A medida que avancemos, Ayana irá descubriendo la enigmática conexión entre la megacorporación energética Helios y su pueblo desaparecido.
El título es un juego de acción y aventura en tercera persona, donde el sigilo es el pilar fundamental para avanzar. Pero a las mecánicas clásicas del género (buscar coberturas y escondites, caminar agachado para no realizar ruidos, atacar a los enemigos por la espalda para no activar las alarmas, etc.) se unen aquí las habilidades especiales de Ayana. La ‘Fusión Sombría’ nos permitirá ajustar nuestra estrategia a cada situación y superar un nivel cargado de enemigos trepando por las sombras, sumergiéndonos en ellas para pasar desapercibidos, atacar desde la altura de un muro en sombra o acceder a lugares inaccesibles sin este peculiar poder.
Ya hemos dicho que la mecánica de la Fusión Sombría está inspirada por Splatoon y hay que decir que la sensación es similar. Cuando pulsamos el gatillo derecho del mando, en un lugar en sombra, Ayana se sumerge en el suelo y podemos desplazarnos bajo la superficie y pasar de ahí a una pared, a un techo o atravesar puertas o rejas en cualquier superficie. Eso sí, sólo por la sombra. En el momento en el que toquemos una superficie bañada por la luz, Ayana será expulsada y volverá a su situación ‘corpórea’ habitual. Además, la Fusión Sombría tiene un tiempo limitado que tenemos que saber controlar.
Esta mecánica ofrece un buen número de posibilidades a la hora de afrontar los niveles (no hay una única manera de avanzar) y, además, nos ha dado momentos muy interesantes. Y es que los diseñadores han ideado un buen número de puzles para resolver jugando con las luces y sombras de objetos en movimiento. Las enormes palas de un molino de viento dibujan sombras que se mueven en la pared de un alto acantilado, lo que nos da la posibilidad de atravesar el abismo si somos lo suficientemente ágiles y coordinamos nuestros movimientos con los de las sombras.
Progresa y construye ayudas
El título comienza de una forma un poco pasillera, pero enseguida se nos abre un mundo semi-abierto que nos permite elegir el camino para resolver los niveles. Se nos presentan algunas tareas distintas, localizadas en distintos puntos, para seguir la misión principal, y también hay algunas misiones secundarias que podemos aceptar. No son demasiadas, pero si nos da una cierta sensación de libertad a la hora de completar el juego a nuestro ritmo. Así, podemos explorar los escenarios abiertos, tal vez demasiado grandes (lo que hace que haya algunas zonas un poco vacías).
Los poderes de Ayana se van completando con un árbol de habilidades sencillo que podemos ir ampliando, haciendo progresar al personaje con energía Ereban que vamos descubriendo en el mapeado. Las habilidades nuevas que adquiere Ayana nos darán distintas ventajas que tiran hacia potenciar el sigilo o a potenciar un enfrentamiento algo más directo (nunca demasiado). También podemos ir recogiendo chatarra y piezas para fabricar distintos gadgets tecnológicos en unas mesas de trabajo que encontraremos repartidas pro el mapa. Todo ayuda para superar los niveles. Aunque hay que decir que, hacia el final (el juego puede llevar unas 8 horas), las mecánicas y desafíos comienzan a resultar un tanto monótonos y repetitivos.
El juego va ganando en dificultad y los retos nos exigen ir perfeccionando nuestra estrategia, sacando partido a las habilidades de Ayana. Todo funciona bastante fluido y nos permite cierta libertad para elegir cómo resolver cada enfrentamiento o desafío. Así, poco a poco vamos avanzando en la historia, desvelando una narrativa que nos ha resultado muy interesante. Los chicos de Baby Robot Games han echado el resto en construir un buen número de cinemáticas que enlazan los distintos momentos de la historia para irnos desvelando el misterio y los detalles del guion y que nos muestras las conversaciones con los distintos personajes secundarios. Todo con un fantástico trabajo de doblaje (con voces tan solo en inglés pero con subtítulos en castellano). También podemos coleccionar notas repartidas por todo el mapa, que cuentan mucho de la historia del juego.
A nivel técnico hemos quedado impresionados. Un equipo de unas 12 personas, con recursos limitados, ha sido capaz de dar al juego un aspecto fabuloso. Es un título de acción en tercera persona con un estilo visual que entra por los ojos, un estilo que mezcla el realismo con un toque estilizado estilo cartoon, con cierto parecido a la saga Borderlands. El resultado es realmente espectacular y muy meritorio.
Un trabajo redondo para el título de debut del joven estudio Baby Robot Games. Si te gusta el sigilo, ese título te cautivará un puñado de horas. La mecánica de 'Fusión Sombría' funciona y hace mucho más atractivo un juego bien diseñado y con un apartado artístico notable. Puede caer en la monotonía pero su historia merece ser descubierta en su totalidad.
Lo mejor:
Lo peor:
76/100