Cuando los videojuegos toman como punto de partida un hecho histórico, no solo tienen el potencial de divertirnos, sino también de educarnos. En el caso de México, 1921: Un sueño profundo, el estudio indie latinoamericano Mácula Interactive ha apostado por combinar narrativa, historia y mecánicas originales para llevarnos a un momento crucial de la historia mexicana. Este título, lanzado en septiembre de 2024 para PC y que ahora acaba de aterrizar en Xbox, nos invita a desentrañar un complot en el que se decide el futuro de la nación mientras exploramos el impacto de la Revolución Mexicana.
¿Está este esfuerzo a la altura de sus ambiciones? Acompáñame en el análisis de esta peculiar aventura gráfica que nos llega desde el país azteca con algunos elementos realmente interesantes.
La narrativa de México, 1921 es su pilar más fuerte. Nos ponemos en la piel de Juan Aguirre, un joven periodista que busca abrirse paso en el caótico panorama político de la década de 1920. La historia comienza con un asesinato que sacudió al país: el del presidente Álvaro Obregón. Desde ese punto de partida, el juego nos lleva hacia atrás en el tiempo para explorar los eventos que condujeron a este magnicidio, destacando los conflictos sociales, las tensiones políticas y las intrigas de poder.
El elenco de personajes es variado y mezcla figuras históricas, como Diego Rivera y José Vasconcelos, con personajes ficticios que aportan dinamismo al relato. Destacan Lucía, una cocinera del Palacio Presidencial, y Gregorio, un experiodista idealista. Cada uno de ellos está bien construido y aporta algo único al viaje, aunque algunas decisiones narrativas, como las opciones de diálogo que llevan siempre al mismo resultado, le restan profundidad a la inmersión.
El gameplay de México, 1921 se centra en la exploración, la recopilación de pistas y la interacción con personajes. Desde el manejo de una cámara analógica hasta la escucha discreta de conversaciones mediante el "modo metiche", el juego introduce ideas innovadoras que encajan bien con su temática. Tomar fotos no es tan simple como presionar un botón; hay que ajustar apertura, enfoque y encuadre, convirtiendo cada disparo en un pequeño rompecabezas.
No obstante, no todo brilla en este apartado. La jugabilidad puede tornarse algo torpe, con movimientos pesados y poco precisos, o una compleja selección de objetos con los que interactuar. Además, el juego sufre de algunos bugs que afectan la experiencia, como objetos ininteractuables o bloqueos que obligan a reiniciar secciones completas. Aunque estos problemas no son insalvables, si que pueden resultar frustrantes.
El apartado visual de México, 1921 es uno de sus mayores encantos. El juego adopta un estilo gráfico que recuerda a ilustraciones pintadas a mano de los artistas gráficos del primer cuarto del siglo XX mexicano, con personajes caricaturescos de extremidades largas y detalles cuidados en los escenarios. Es cierto que a nivel técnico parece que estemos ante unos gráficos de PS2, no descartemos que haciendo de la necesidad virtud, pero el estilo artístico llama mucho la atención.
Lugares emblemáticos como el Zócalo o el Palacio Nacional están recreados con fidelidad histórica, pero con ese toque colorido como si paseamos por un lienzo. Los menús y gráficas del juego parecen carteles propagandísticos de la época.
En cuanto al sonido, la banda sonora con temas locales de la época combina música folclórica con un buen catálogo de efectos ambientales, que se adaptan bien a cada situación. A esto se suma una actuación de voces impecable, que da vida a cada personaje con autenticidad y carácter. Y eso tanto en la versión en español como la que añade voces en inglés.
México, 1921 es una interesante aventura gráfica con algunos puzles interesantes y con una relación de personajes y escenas que consiguen enganchar. Pero también es un juego cargado de información de una época histórica realmente interesante. El juego incluye numerosos coleccionables que ofrecen datos históricos y culturales sobre la época.
Estos elementos no solo enriquecen el contexto, sino que también fomentan la curiosidad por aprender más sobre la historia de México. Es un enfoque lúdico y educativo que muchos jugadores sabrán apreciar y que seguro se cuela en las aulas de un buen número de escuelas en el país centroamericano.
En definitiva, México, 1921: Un sueño profundo es una obra que destaca por su narrativa, su valor educativo y su peculiar estilo artístico, este último una apuesta valiente de su equipo de desarrollo. Aunque su jugabilidad presenta algunas inconsistencias y problemas técnicos, el juego logra transportar al jugador a un momento clave de la historia mexicana, ofreciendo una experiencia única.
México, 1921: Un sueño profundo es un título recomendable para los amantes de la historia y las aventuras narrativas. Aunque no esté exento de fallos, su pasión por retratar un período fascinante de manera educativa lo convierte en una experiencia que vale la pena explorar.
*Hemos analizado México, 1921: Un sueño profundo con una copia para Xbox Series X proporcionada por Macula Interactive.