Una defensa de pesadilla hace el ridículo en Vallecas

El Celta cayó goleado en un penoso partido de principio a fin coronado por una defensa que carece, en muchas de sus piezas, de nivel para jugar en LaLiga Santander. El espectáculo lamentable de los vigueses les mete de lleno en la lucha por el descenso a la espera de que Aspas sea capaz de solucionar todos los males de un equipo que está muerto.

Vallecas es un campo maldito y no tardó en demostrarlo, sin tiempo para que Celta y Rayo midiesen sus fuerzas el conjunto madrileño ya se había adelantado en el marcador gracias a un tanto de Raúl de Tomás en una falta directa.

Una barrera mal colocada, dejando a jugadores vallecanos en medio de ella unida a que Rubén no cubrió su palo permitieron al delantero franjirrojo adelantar a su equipo en el minuto tres.

La situación pudo empeorar tres minutos después si Juncà no peina un balón franco a de Tomás que no supo atajar Araújo. El atacante ya estaba engatillando su pierna para hacer doblete.

El Celta se encuentra el empate

Todo marchaba mal para un Celta dormido y superado por el Rayo hasta que en una acción aislada Araujo logró el tanto del empate en el 12' tras hacerse con un rechace a disparo de Maxi Gómez. El encuentro completamente loco iba de un área a otra.

Brais Méndez se hizo con el esférico dentro del área rayista, su disparo, directo a la meta de Dimitrievski acabó desviado por el brazo de de Ba. Alberola no dudó y señaló el punto de los once metros. Maxi fue el encargado de lanzar el penalti, su lanzamiento fortísimo fue imparable para el macedonio, que llegó a adivinar la dirección.

La locura se adueñaba de Vallecas ya que antes del 20 el Rayo solicitaba penalti de Cabral sobre Embarba. El vallecano, completamente sólo, notó un leve empujón del argentino y se dejó caer cuando ya había perdido el control del cuero. Ni Alberola Rojas ni el VAR observaron penalti.

La zaga celeste, de vacaciones con de Tomás

La suerte se alió con los de Cardoso cuando de Tomás falló un gol cantado tras un error garrafal de Juncà en su banda habilitando a Advíncula. El delantero, sólo, estrelló el balón en el cuerpo de Rubén Blanco.

La fragilidad defensiva celeste permitía a los de Michel llegar una y otra vez a la meta de Rubén hasta el punto de lograr el empate en el 32 si el asistente de Alberola Rojas no hubiese señalado fuera de juego. El VAR ratificó la decisión del asistente al demostrar que de Tomás estaba adelantado.

Más y más VAR

El VAR se convertía en el absoluto protagonista de la primera mitad al dar por válido el tanto de Raúl de Tomás a centro de Advíncula tras una penosa defensa, por enésima vez, de Juncà. El costado zurdo del Celta hacía aguas ante el empuje del peruano.

El Celta empeñado en que el Rayo lograse una goleada de escándalo regaló a de Trejo una nueva ocasión clarísima de gol tras un regalo de Mallo en otra acción mal defendida por Juncà. Pero si el Celta quería regalar goles el Rayo se empeñaba en fallar lo imposible. Sólo un milagro y la mala puntería vallecana permitieron al Celta llegar con empate al descanso.

El drama defensivo no ceso al comienzo de la segunda mitad cuando Trejo bailó, en el 46, a toda la zaga celeste para convertir de nuevo a Rubén en el mejor celeste sobre el campo. Pero a diferencia de lo sucedido en los primeros 45 minutos el Celta buscó defenderse con el balón, teniéndolo bajo su control.

Dominio irreal

A los de Cardoso les costaba encontrar la meta de Dimitrievski, Cabral, tras una falta lateral botada por Brais gozó de la mejor ocasión viguesa en el 66,'. Sin peligro, sin morder el Celta sí era el dominador del choque. Maxi, de falta directa estrelló el balón en el larguero.

Y cuando parecía que nada iba a suceder, Michel iba remodelando su once para el asalto final mientras que Cardoso no movía a su equipo. Para no perder la costumbre, otra mala defensa permitió a Raúl de Tomás marcar su tercer tanto. ante la impasibilidad de la defensa celeste.

Cardoso, ahora sí daba entrada a los tres cambios, Eckert, Lobotka y Sisto ingresaban al campo en busca de un empate inmerecido ante un Rayo que lo buscó más y encontró premio gracias a sus méritos y, también, a los deméritos celestes.

El Celta, en otra noche de pesadilla, tampoco fue capaz con los cambios de asediar la meta rayista hasta el punto de que Bebé cerró el encuentro en el 90 en otra jugada de pesadilla para una zaga indigna de decir que son de Primera División. La vida sin Aspas no es vida, la vida sin Costas tampoco lo es, es una pesadilla.