San Iago Aspas, patrón da Nosa Reconquista
Hubo un día en el que el celtismo estuvo a punto de dejar de creer, de rendirse, de bajar los brazos. Todo porque su patrón, su alma, se había perdido en el camino durante tres meses. Pero San Iago Aspas volvió a tiempo, recuperó a su legión de creyentes y lideró al Celta en una semana decisiva que se cierra con siete puntos de nueve, fuera del descenso y con cinco goles del moañes. El Celta venció 3-1 a la Real Sociedad en Balaídos gracias a otra actuación magistral de un Aspas que cabalga sin cesar hacia el hogar que habitan las leyendas celestes.
Ni la intensa lluvia detuvo a un celtismo que se ha propuesto llevar en volandas a los suyos de aquí a final de temporada. Sabedores de la importancia del choque que se disputaba este domingo en Balaídos los aficionados celestes buscaron convertir el coliseo vigués en un infierno a pesar de las gélidas temperaturas que marcaban los termómetros.
Y al equipo le hacía falta el impulso de la grada porque la Real se hizo con el control absoluto del juego desde le pitido inicial. Los de Escribá aguantaban agazapados sin apenas alcanzar la medular mientras Rubén empezaba a tener que tirar de su excelso repertorio de paradas.
Del Celta nada se supo en ataque hasta el minuto 12, momento en el que tiró una contra con Boudal buscando en el centro a Iago Aspas. Los locales iban encontrando acomodo sobre el césped a medida que pasaban los minutos.
Era ahora la Real la que tenía que defenderse de los ataques de un Celta que encontró en la conexión Boufal - Aspas su pareja más peligrosa y determinante, especialmente por parte de un francés que sumaba buenas decisiones sobre buenas decisiones.
Melero, de profesión inventor
Cuando mejor estaba el Celta, en una acción totalmente aislada, Melero López se inventó un penalti de Lucas Olaza sobre Oyarzabal ante la incredulidad del resto de jugadores que exigían al colegiado que se acercase a la pantalla del VAR.
Pero Melero siguió con su decisión en firme y en un absurdo lanzamiento donde estuvo excesivamente preocupado de ver si los jugadores del Celta invadían el área William José puso por delante a la Real en el minuto 31.
Reacción sin premio
El penalti fue una losa de la que se liberó el Celta muy pronto. Primero Maxi, con un potente disparo despejado por la rodilla de Rulli, y luego Aspas, con un vaselina que se marchó por centímetros, estuvieron muy cerca de lograr un más que merecido empate con el que irse al descanso.
Pena máxima para el Celta
Sin la gente sentada en su butaca Aspas encaraba como un rayo el área rival y Rulli, en un salida desesperada, se llevaba por delante al moañés. El derribo no ofrecía dudas en una acción en la que Rulli salía mal parado.
El lanzamiento se tuvo que demorar bajo una lluvia que arreciaba más y más. Aspas saltaba con la pelota, manteniendo el calor mientras Rulli se colocaba bajo palos. El moañés disparaba y la pelota se colaba por debajo del arquero argentino para que Balaídos entrase en el éxtasis de San Iago Aspas, el patrón da Reconquista.
Melero se inventa una roja
Los despropósitos de Melero López, un peligro para los dos equipos, continuaron cuando decidió expulsar a William José por una inexistente agresión sobre Okay, una decisión ratificada, de forma incomprensible por el VAR.
El Celta disfrutaría de más de media hora de superioridad numérica para salir de los puestos de descenso. Escribá movía el banquillo dando entrada a Boudebouz por Jozabed.
La incesante lluvia se convertía en un aliado más para la Real, el terreno de juego cada vez estaba más pesado y dificultaba el juego de toque y velocidad celeste. Quedaban los centros por banda y ahí Aspas encontró el tesoro del gol, su segundo tanto de la tarde y el quinto tras su regreso.
Mallo, desde el costado derecho colocaba un centro templadito al segundo palo que se comía Rulli para que Aspas no desaprovechase el regalo del argentino poniendo por delante al Celta en el minuto 70.
El Celta estaba fuera del descenso, pero para ello era necesaria la intervención magistral de Rubén a un trallazo de Sangalli que tuvo segunda parte en otra palomita del mosense a disparo de Zubeldia.
Ya en el descuento, Maxi desaprovechaba la sentencia tras un sensacional centro de Iago que cabeceó por encima del larguero para, un minuto después, marcar a pase de Boudebouz.
Era el momento de Iago, Escribá le retiraba en medio de una atronadora ovación y es que si el celtismo llegó a dejar de creer es porque su patrón se había perdido tres meses. El Celta sale del descenso gracias a un Iago Aspas que suma cinco goles en tres partidos.
