Oblak, demasiado para un Celta sin Aspas
Sin Aspas todo es más complicado, y si enfrente está Oblak, todavía más. El Celta, bien plantado y con buenas intenciones puso en aprietos a un Atlético de Madrid que fue más efectivo que los de Escribá donde se deciden los partidos, en las áreas. Ahí Oblak paró todo y Griezmann y Morata acertaron lo que fallaron los atacantes celestes. El 2-0 es un resultado excesivamente amplio a lo que se vio en el Wanda pero es la muestra de lo que sucede cuando Aspas no está en el campo.
Escribá sorprendía dando entrada en el once a Emre Mor ante un Atlético plagado de bajas que no le impidió hacerse con el control del juego desde los primeros compases del partido. Con una alta presión sobre la medular celeste, los colchoneros apenas dejaban al Celta pasar de medio campo y obligaban a Rubén a tener que intervenir en un par de disparos sin excesivo peligro.
A pesar de no tener la pelota, eran los de Escribá los que gozaban de las primeras ocasiones claras de gol. Una internada de Boufal habilitaba a Maxi Gómez, el remate del uguayo se encontraba con un excelente Oblak que lograba la matrícula de honor tras despejar el rechace que le llegó a Boudebouz y que remató de forma acrobática con una media chilena en el minuto 17.
La acción de ataque celeste era un espejismo en medio del dominio colchonero, un cuadro, el de Simeone que rondaba la meta viguesa cada vez con mayor peligro. La historia se repetía con una nueva contra olívica que cerraba Boufal con otro buen remate que despejaba de nuevo Oblak en el minuto 31.
Griezmann, de falta, adelanta al Atlético
Lento, falto de ritmo, espeso y sin grandes ocasiones por parte local, el Atlético seguía dominando sin ser capaz de poner en aprietos a Rubén Blanco hasta que Griezmann dispuso de una falta en el 41' al borde del área celeste.
El francés apostó por el palo del mosense y con un disparo fuerte, aunque no excesivamente colocado, lograba adelantar al Atlético antes de que de Burgos Bengoetxea señalase el camino de vestuarios.
Dominio sin ocasiones
El Celta buscó, tras la continuación, subir su línea de presión para disputarle al Atlético una posesión que perdió en la primera mitad con menos de un 35% a su favor. La mejora en el juego era notable, pero sin embargo, a diferencia del primer acto, los de Escribá no lograban generar ni una sola ocasión de gol cuando el reloj ya marcaba el minuto 67.
Morata sentencia
Y el guión, cambiado en este segundo tiempo, con un Celta que disfrutaba de la pelota sin generar peligro permitía al Atlético hacer lo que mejor lleva haciendo desde hace años, salir a la contra. Una pérdida de Boudebouz ante Rodri permitía a Morata, tras una pared con Griezmann, recorrer en solitario la mitad del campo para regatear a Rubén Blanco y sentenciar el choque en el 73'.
Ya no hubo más partido, el Celta era consciente de que remontar un 2-0 en el Wanda era ya misión imposible y el Atlético buscó con timidez un tercer gol que no llegó. El Celta, ya con Aspas, buscará volver a la senda del triunfo el próximo sábado en Balaídos ante el Girona, un partido vital en la lucha por seguir en Primera.
