Los deberes, sin hacer hasta la última jornada
El Celta de esta curso ha sido el mal estudiante que sabe que en el fondo es hasta brillante, pero que prefiere pegarse un atracón al final y cubrir el expediente en el último examen, el de recuperación. A la recuperación de la jornada 38 irá el Celta en Balaídos ante otro mal estudiante que ya no aspira ni al aprobado, el Rayo Vallecano, tras caer goleado en San Mamés ante el Athletic Club.
El Celta se presentaba con dos novedades respecto al once que había vencido en la jornada 36 al Barcelona. Hoedt y Brais Méndez entraban por Cabral y Boufal, sorprendente suplente en el nuevo San Mamés. Empezó mordiendo el Celta con una falta lateral botada por Brais que Maxi remató al fondo de las mallas en una clara posición de fuera de juego que el línea no dudó en pitar para ser ratificado inmediatamente por el VAR.
No tardó el Athletic en replicar el peligro celeste con un potente disparo de Beñat que Rubén despejó a un lateral con una notable intervención. Escribá, fuera del banquillo, observaba como el cuadro rojiblanco se había plantado mejor en el campo que su Celta, al que le costaba mantener la pelota bajo su control.
El Celta, de nuevo con una falta lateral, encontraba a un activo Maxi Gómez que mandaba desviado su testarazo en el minuto 11. Los vigueses le estaban ganando el balón parado al Athletic. Tuvo una más el Celta en una en un pase atrás de Lobotka antes de que Araújo cometiese un absurdo penalti sobre Muniain que transformaría Raúl García, una pesadilla para el conjunto celeste.
La desgracia no iba a venir sola, ni tres minutos pasaron para que en una gran combinación entre Williams, Muniain y Raúl García dejaban sentenciado el choque al minuto 17. Otra vez, Lobotka, buscó el tanto en una acción individual que concluyó con un remate muy centrado.
A partir del segundo tanto no hubo partido, el Celta intentaba dar un paso al frente pero era incapaz ante la mayor entrega de los locales que en dos arreones se habían puesto en ventaja. El tercero, en el 39', era la demostración de que nada le iba a salir a un Celta que en San Mamés solo sabe perder.
Rubén recibía un pase comprometido Olaza y su intento de despeje impacta en Williams y el punta remata sin oposición. La permanencia debería esperar a Balaídos a pesar de que los jugadores querían creer en la remontada con un buen inicio tras el descanso en los que pudieron recortar la desventaja de tres goles.
Pero los goles no llegaron y Escribá decició proteger a Maxi Gómez, que se encontraba con cuatro amarillas al borde de la suspensión, dando entrada a Boufal. El Athletic, por su parte, tampoco buscaba hacer más daño al cuadro vigués pero la facilidad de la zaga viguesa concedía a Williams el cuarto antes de que el VAR anulase el tanto por fuera de juego en el minuto 80.
Las buenas noticias llegaban de Montilivi, donde el Girona caía ante el Levante por 1-2 lo que dejaba al Celta tres puntos por encima del descenso y dependiendo de si mismo en la última jornada de Liga.
El Celta maquillaba el resultado con un penalti que transformaba Aspas en el 88' para liderar en solitario el Trofeo Zarra con su tanto número 18, ya que Borja Iglesias sumaba dos tantos más ante Leganés a los 15 que ya llevaba hasta el momento.
El Celta deberá al menos empatar ante el Rayo Vallecano en la última jornada de Liga para no depender de una posible victoria por goleada del Girona. Balaídos y su afición serán de nuevo claves en A Nosa Reconquista, que en San Mamés vivió una tregua.
