El paciente e infatigable danés

Cuatro días, de un jueves a un domingo, han podido cambiar la vida de Andrew Hjulsager. Cuatro días que son el reflejo de otras muchas jornadas anónimas, de trabajo, constancia y esfuerzo, muchas veces sordo aunque sin duda contemplado por Antonio Mohamed, un entrenador que ha hecho justicia al trabajo del paciente danés. Hjulsager vive su momento más dulce en el Celta, sus actuaciones le permiten soñar con más minutos y ¿por qué no?, con la titularidad.

Hjulsager llegaba en el último invierno de Berizzo en el Celta, el danés, titular indiscutible en el Brøndby daba el paso que otros compatriotas habían dado antes, llegar al Celta para hacerse un hueco en el mundo del fútbol. En esa media temporada gozó de algunas oportunidades debido a la corta longitud de una plantilla inmersa en la pelea por la ganar la Europa League.

Hjulsager alternaba partidos sin jugar con minutos sueltos para cerrar el curso con un espectacular gol ante la Real Sociedad. En cada minuto de juego se notaba que el danés no era un jugador sobresaliente en nada, pero que tampoco tenía defectos en ninguna de las facetas de su juego.

Con Juan Carlos Unzué la situación se truncó de manera radical, el navarro no contaba con Hjulsager y tras doce minutos en las cuatro primeras jornadas no volvió a darle la oportunidad hasta la eliminatoria de Copa ante el Éibar. A pesar de su falta de ritmo evidente volvió a ser de los jugadores destacados aportando una asistencia de gol en la victoria por 1-2 en Ipurúa.

Sin minutos buscó una salida en forma de cesión para apurar sus opciones de ir al Mundial. En Granada no tuvo los minutos deseados ya que su rival en el once era Machis, el mejor hombre de largo en la aciaga campaña del cuadro nazarí. Su profesionalidad nunca se puso en duda, Hjulsager seguía trabajando aún sabiendo que no iba a tener minutos.

El danés volvía al Celta para demostrar que tenía un hueco en el equipo, pero el  club firmaba a Boufal y mantenía en la plantilla a Emre Mor y Pione Sisto. Hjulsager se quedaba sin hueco y pedía salir con destino a Dinamarca a pesar de que Mohamed contaba con él como la pieza número 20-21 de la plantilla. Su salida no fructificó y se quedó con ficha en el primer equipo sabiendo que apenas iba a disfrutar de oportunidades.

A pesar de ello siguió trabajando como si cada semana fuese a jugar. Esta constancia, unido al rendimiento intermitente de sus rivales en los extremos, le sirvió para entrar en su primera convocatoria ante el Alavés, donde tuvo tres minutos. Este era el primer paso, el segundo llegó en el partido de Copa del Rey, ante la Real disputó los 90 minutos siendo uno de los destacados.

Su actuación ante los donostiarras le valió el reconocimiento de Antonio Mohamed. El entrenador alabó su trabajo y profesionalidad durante estos meses asegurando que a partir de ahora era una alternativa más a contemplar. Y así fue, en la primera oportunidad que tuvo, Mohamed lo utilizó de revulsivo para darle la vuelta al marcador ante el Betis en el Benito Villamarín.

Hjlusager saltó tras el descanso por un errático Boufal, ocupó el costado diestro dando mayor empaque al juego del Celta, ayudando en defensa y en la presión. Pero su partido, de notable, pasó a sobresaliente gracias a dos precisos centros que encontraron a Maxi Gómez. Dos asistencias de gol que permitieron al Celta sumar un punto y a él mismo ganarse una nueva oportunidad en liga.