Con este Celta, qué complicado es soñar con Europa

Las prestaciones de nuestro Celta han caído en barrena, casi nada sale, especialmente fuera de Balaídos, donde los de Unzué son un equipo frágil en defensa y sin gol en ataque. Pasan las jornadas y cada semana es más complicado comprar y hacer tuyo el discurso de Europa.

El calendario se endurece, los rivales se distancian y el equipo no muestra signos de recuperación. Tal vez vivimos en una nebulosa gracias a los goles de Aspas y Maxi Gómez, mientras ellos marcaban el Celta se mantenía cerca de las plazas europeas. En el momento, lógico por otra parte, que sus estratosféricos registros han bajado, el Celta se ha caído, nadie ha tomado el relevo arriba.
Emre Mor ha entrado por un devaluado Pione Sisto, pero el turco es como una gaseosa, como los fuegos de artificio, un jugador recomendable para el aficionado, pero no tanto para un equipo. Jugadas y regates preciosistas, detalles de bellísima factura que dejan entrever una calidad desbordante, a la altura incluso de Aspas, pero sin pulir. Su proceso de maduración será lento.
Atrás, Rubén Blanco no ha mejorado a Sergio Álvarez y la defensa sigue sin mostrar la solidez necesaria para pensar en Europa como algo factible. El discurso por Europa seguirá en casa Celta, la realidad dentro de dos o tres partidos puede ser otra. Los números y las sensaciones son tozudas, la temporada camina con paso firme a ser decepcionante.