Mouriño cumple 76 años en su momento más crítico

Carlos Mouriño, presidente y máximo accionista del Celta, cumple este lunes 4 de marzo 76 años. El veterano dirigente celeste cumple años con dos destituciones sobre su espalda esta temporada y en medio de la presentación del tercer entrenador del curso. A mayores la brecha abierta con una parte importante del celtismo coloca a Carlos Mouriño en su peor momento desde que se hizo cargo del Celta en junio de 2006.

Salvando las primeras temporadas en Segunda, donde el equipo vivía al límite de la supervivencia debido a sus deudas y al proceso concursal, cuando la supervivencia del Celta pendía de un hilo, no hay un momento más crítico en los casi 13 años de presidencia de Carlos Mouriño.

Su figura, hace poco idolatrada, ha quedado tocada por multitud de factores que han hecho que parte del celtismo le de la espalda y censure su gestión. En lo deportivo la losa de no renovar a Eduardo Berizzo sigue siendo su mayor fracaso viendo el nivel ofrecido por sus tres sucesores, Unzué, Mohamed y Cardoso.

Pero la mayor parte de las críticas provienen de su faceta no deportiva a cargo del Celta. Su eterno conflicto con el Concello de Vigo sobre la concesión, compra y reforma del Estadio de Balaídos ha dañado su imagen aunque es el aspecto en el que el presidente y su directiva tienen razones suficientes para criticar la reforma del estadio.

Otros aspectos más controvertidos y en los que su imagen ha quedado seriamente dañada son la construcción de la ciudad deportiva de Mos con su inmensa área comercial es uno de los puntos más controvertidos de su actual gestión ya que cuenta con el rechazo de la Comunidad de Montes y Aguas de Tameiga y del Concello de Vigo.

La falta de tacto con los socios, que poco a poco han ido abandonando Balaídos, sus discursos y anuncios incendiarios en la prensa local, el uso comercial de A Sede que iba a ser "la casa de todo el celtismo" o su política de fichajes han ido minando su popularidad.

Pero sin duda la decisión de alquilar el Salon Regio de A Sede al Partido Popular para un mitín de Alberto Núñez Feijóo y Pablo Casado, muy criticado por una buena parte del celtismo, ha provocado que más aficionados critiquen abiertamente a un presidente al que se le acusa de dejar de lado la parte deportiva para centrarse en asuntos que poco tienen que ver con un club de fútbol.