Los minutos finales reviven los fantasmas del curso pasado

El Real Zaragoza visitaba El Toralín para romper dos estadísticas negativas. La primera era conseguir la primera victoria de su historia en casa de la Ponferradina. Y la segunda era sumar los seis puntos en los dos primeros partidos del curso 20 temporadas después. Y eso es lo que estuvo apunto de hacer. Al final, empate a uno que deja la noticia positiva del estreno goleador de Kagawa.

Al conjunto de Víctor Fernández le costó hacerse dueño y señor del partido. La Ponferradina entró con intensidad al encuentro y poco a poco el balón se volvió blanquillo. Al cuarto de hora llegaba la más clara para los aragoneses en las botas de Nieto. Guti se marchaba de un contrario con un precioso caño para regalarle la pelota a Kagawa. El nipón, con opciones de disparo, decidió sacar la varita mágica para darle un pase endiablado al lateral, que lanzaba la pelota por encima del arco.

Cristian era un desconocido por el momento para los locales. Y al ecuador de la primera mitad, Dwamena estuvo a punto de estrenar el marcador. El ghanés recibía un pase de Luis Suárez y, tras el control, cargó su pierna izquierda para que Manu García repelara su potente disparo.

Estaba al caer el primer tanto para los zaragozanos. Cercanos a la media hora, James, que debutaba en la presente temporada, se sacaba un disparo con calidad que salía rozando el palo derecho de la meta local. Sin embargo, la Ponferradina no se iba a asustar e iba a ir acercándose a la portería blanquilla.

De hecho, avisó antes de llegar al minuto 40 con un peligroso centro que, inexplicablemente, no era rematado por nadie. Pocos minutos antes del descanso, al saque de una falta lateral, Valcarce hacía el primero batiendo a Cristian con un cabezazo ajustado al palo y hacía el primero para los locales. No obstante, cuando ya iba a sacar de medio el Real Zaragoza, el árbitro escuchaba a sus compañeros de la sala del VAR, que le indicaban que debía anular el tanto por fuera de juego. Por lo que, otra jornada más, se hacía justicia para el equipo zaragozano y el tanto no subía al marcador.

Tras el paso por vestuarios, el partido parecía no haber cambiado. El Real Zaragoza seguía serio sobre el césped, pero la Ponferradina parecía haber subido una marcha. Apenas habían pasado 10 minutos de la segunda mitad, cuando tras un potente disparo lejano, Cristian aparecía para rechazar el esférico, el cual le caía a Nacho Gil prácticamente solo en el área pequeña y mandaba el balón fuera. Se salvaba el Real Zaragoza.

Y como se dice en el mundo del fútbol, el que no la mete, la acaba pagando. Y así pasó. Cuatro minutos después, justo antes de llegar a la hora de juego Kagawa abría la lata. Tras una buena contra llevada por James, el balón le caía al nipón. Al primer intento, un defensor se interpuso entre él y la portería. Pero a la segunda, no iba a perdonar. Disparo raso y ajustado al palo con la zurda, que batía al meta y pasaba entre las piernas de un defensor. Se estrenaba con la blanquilla Kagawa al segundo partido del curso.

A partir de ese momento, el Real Zaragoza debía dormir el partido. Los tres puntos ya eran suyos y eso Víctor lo sabía. Poco tardó en mover ficha y el damnificado fue el mismo que ante el Tenerife: Dwamena. Entraba Soro para tratar de tener más balón y más hombres en medio.

La Ponferradina lo intentaba pero el Real Zaragoza ya había hecho este mismo trabajo hace una semana en La Romareda. Sabía como defender y tratar de ir a por el segundo. Pero en esta ocasión, la Ponferradina sabía cómo atravesar la barrera defensiva del conjunto aragonés. A falta de cinco minutos para el final, Valcarce hacía el empate. El balón le llegaba dentro del área pequeña y Cristian no podía hacer nada.

Al final, empate a uno que deja un sabor agridulce en la boca zaragocista ya que el gol rival llegó en los instantes finales, aunque los de Víctor mantienen su casillero de derrotas en este curso sin estrenar. La próxima cita, el viernes en La Romareda frente al Elche.