La redención de Alberto Guitián
Alberto Guitián volvió a donde quería: al césped de La Romareda con la camiseta del Real Zaragoza en un partido oficial. El cántabro se reencontró con las gradas del estadio municipal en un importante choque... y no le fue para nada mal. Tras sus dos primeros malos tragos, el central volvió a sonreír. Y es que no debe ser nada fácil fichar por un club y que cincuenta personas te insulten en tu presentación, y luego perder en La Coruña contra el Deportivo. Afortundamente, ante el Extremadura, Guitián no sólo disfrutó dentro del campo, sino que en la grada la sensación fue de contento con el defensa.
El central se hizo fuerte al lado de Álex Muñoz e hizo un gran partido. Muy bien colocado durante los noventa minutos, hizo gala de su limpia salida de balón, algo que agradeció el equipo de Víctor Fernández. El Zaragoza jugó un muy buen partido y sin duda Guitián contribuyó al juego de toque. En total hizo 43 pases, con un 91% de acierto, algo normal en un central, pero uno de sus puntos fuertes estuvo en los envíos largos. De cinco que intentó, logró acertar en cuatro, algo en lo que Álex Muñoz también estuvo inspirado. Guitián también fue muy preciso a la hora de interceptar balones y de desquiciar a los delanteros del Extremadura con su buena colocación. El zaguero, además, ganó siete duelos de once.
Tras el triunfo ante un rival directo como era el extremeño, Alberto Guitián demostró que su redención va en serio. Eso sí, aún está en el principio del camino. Todavía queda más de una vuelta, y el Zaragoza está al borde del descenso. El cántabro tendrá que seguir demostrando cada partido que para él es un privilegio vestir la camiseta del equipo aragonés. Próxima parada... en el Molinón contra el Sporting de Gijón.
