Otra final de Copa del Rey como revancha particular para "Chucho" Solana

Como viene siendo habitual en el Real Zaragoza, cuando llegan fechas especiales para el club, salen a escena exjugadores. En esta ocasión, a finales de abril y en el año del 25 aniversario de la Copa del Rey lograda en el Vicente Calderón frente al Celta de Vigo, ha sido el turno de "Chucho" Solana.

El defensor ha recordado aquella temporada y todo lo que la rodeaba. Y es que el Real Zaragoza perdió, en 1993, la final de la Copa del Rey con el Real Madrid, y por ello le tenían ganas a la del siguiente: "Para nosotros era una especie de revancha por lo del año anterior".

"Llegábamos como favoritos"

Solana ha reconocido que algo más "factible, no fácil" podía ser esa final. El rival era "más asequible", pero también "podía haber un exceso de confianza". No obstante, Solana también ha afirmado que "es mucha responsabilidad jugar una final de la Copa del Rey".

Como tal, el partido fue "intenso y duro psicológicamente" porque, al final, "en un partido se iguala todo". Además, conforme avanzaba el partido y el Real Zaragoza no lograba marcar, "veíamos que el favoritismo no se notaba en el marcador".

La expulsión de Santi fue también clave en el encuentro para Solana, ya que el equipo se vio obligado a aguantar más y recurrir a la prórroga y, posteriormente, a la lotería de los penaltis: "Yo no estaba tranquilo pero no podía hacer mucho más, no dependía de mí. Sólo me quedaba confiar en los compañeros y el portero".

La comunión equipo-afición

Tras vencer en los penaltis y conseguir en ansiado título, Solana ha reconocido que fue todo un "alivio". Esa liberación tras lo ocurrido el año anterior llevó a que en la Plaza del Pilar se congregará una multitud de gente, entre la que no cabía ni un alfiler: "Llegar a la Plaza y verla llena es espectacular. Fue muy bonito." Ya que esa relación que había con la afición en aquella época era algo único.