Papu progresa adecuadamente
Papunahsvili puede ser uno de los hombres con los que cuente Víctor en El Nuevo Arcángel. Su participación en esa final es posible, ya que el georgiano, que volvió a entrenar hace unos días, está acelerando su puesta a punto en este parón que sufre el equipo.
El tobillo parece responderle bien en los entrenamientos y su físico parece estar pillando el tono adecuado. Por ello, una de las bazas de Víctor contra el Córdoba puede ser la del Papu. Un hombre que, a priori, iba a ser uno de los hombres que alzara al equipo hasta los puestos de arriba al inicio del curso y que, en cambio, puede salvar al club de pisar, otra vez, el descenso.
Cambio de rol
Nadie podía llegar a imaginarse que a finales de abril, Papu tan sólo hubiese disputado nueve partidos en liga. Y menos tras su primer año como zaragocista, en el que su zurda encadiló a gran parte de la grada blanquilla y veían en el georgiano un hombre comprometido e idóneo para devolver a la élite al Real Zaragoza.
No obstante, seguro que Papu no quiere recordar el partido de la primera vuelta en Albacete. Fue en el Carlos Belmonte donde cayó lesionado. Aún con Idiakez. No llegó a conocer a Alcaraz siquiera, ya que su reaparición fue en el debut de Víctor, en casa, contra el Extremadura, y en un partido casi a vida o muerte.
El recuerdo del pasado
Como pasó casi en Navidad, cuando dicen que los milagros se cumplen, Papu podría volver al equipo en un momento crucial. Era el debut de Víctor en el banquillo. Partido importantísimo para recuperar sensaciones y poder salir de abajo. Contra el Extremadura, rival directo por la permanencia. 11 jornadas sin jugar por ese maldito tobillo. Llegó y... besó el santo.
Muy parecido a la situación actual: una final contra el Córdoba, otro rival directo en la zona roja y tras 11 partidos consecutivos sin pisar el verde. ¿Quién no firmaría que ocurriera otra vez lo de aquel 22 de diciembre con el Extremadura?
