El doctor Ireneo se siente futbolista: la anécdota en el hospital por el coronavirus
El doctor Ireneo de los Mártires, jefe de los servicios médicos del Real Zaragoza, es otra de esas personas que se encuentra en primera línea de batalla en esta lucha contra el coronavirus. Durante una entrevista del propio club, Ireneo relata cómo su actividad esta ahora centrada totalmente en el Covid-19, aunque lleva el control de los futbolistas junto a sus compañeros.
Ireneo acude cada mañana al Hospital Clínico y allí se encuentra, como el resto de sus compañeros de batalla, a un sin fin de personas que pelean por salir de esta maldita enfermedad. Tantos días en primera línea le han dado para pensar mucho y para comprobar en su cuerpo una de esas sensaciones que poseen los futbolistas.
Esa sensación de salir ovacionado por tu trabajo, de reconocimiento, algo que espera que siga siendo así cuando todo esto pase. Ireneo contó una anécdota que le sucedió tras una situación complicada en el hospital.
"Cuando estoy en el banquillo y oigo corear los nombres de los jugadores es impresionante, sientes esa envidia sana de oír tu nombre y aplausos de tanta gente. Hace unas semanas estaba en un hospital de Zaragoza atendiendo pacientes con Covid y en un momento escuché un llanto muy desgarrador, gritando no me quiero morir, quiero ver a mis hijos", prosigue el doctor.
"Imaginaros lo que te recorre por dentro en ese momento. Lo duro de esta enfermedad también es que no tienes a tu lado la mano de un familiar que te anime, que te consuele y tiene que ser el personal sanitario, las empleadas de limpieza, las que te pueden dar una palabra de aliento.
Conseguimos consolarla y cuando salía del hospital para irme a casa estaba toda la gente asomada a los balcones aplaudiendo y me emocioné. No era para mí, era anónimo, para todos nosotros. En ese momento pensé que ahora mismo no me cambio por nada. Ese reconocimiento te ayuda a seguir", terminó de narrar.
El doctor, además, quiso enviar un mensaje para toda la sociedad. "Nosotros no somos héroes, no llevamos capa. Llevamos bata blanca, pijama, uniforme y lo único que queremos es que nuestros pacientes se curen lo antes posible. No buscamos aplausos ni reconocimiento, sólo respeto a nuestro trabajo", concluyó.