Cristian, Lugo y una noche de locura inolvidable

En las últimas semanas se están viviendo muchos goles en los últimos minutos de los partidos en LaLiga. Así, a bote pronto, vienen a la cabeza los de Lemar y Luis Suárez para darle dos victorias al Atlético de Madrid, el Falcao en San Mamés, el del exzaragocista Cabrera para sumar un punto ante el Betis o el que certificó la victoria del Mirandés en Tenerife. Pero pocos significaron lo que el de Cristian Álvarez en Lugo con el Real Zaragoza.

El rosarino ya se había ganado a la afición blanquilla con años y años de grandes actuaciones y paradas de escándalo. Sin embargo, la noche del pasado 30 de abril ocurrió algo inaudito en el Anxo Carro. Corría el minuto 97 cuando el colegiado miraba su reloj. Bermejo se disponía a colgar una pelota en el área para lograr empatar un encuentro vital para seguir peleando por la permanencia.

Era la última del partido. El mismísimo Cristian, consciente de la importancia de no caer derrotado ante el Lugo, rival directo por la salvación, decidió subir a ver si rascaba algo de ese lanzamiento. Y tanto que si lo hizo. Balón teledirigido por el centrocampista madrileño que encuentra al rosarino y con la cabeza lo catapultaba hasta donde Varo no podía llegar, la escuadra. Locura absoluta en un Anxo Carro que quedó enmudecido ante tal circunstancia.

El gol de Cristian no era un punto cualquiera

Era la jornada 37, con todo por decidir en la parte de abajo y con un Real Zaragoza que trataba de sobrevivir con una imagen renovada tras la llegada de JIM. Sin embargo, no era fácil alejarse de la zona roja de la tabla. El conjunto aragonés visitaba el Anxo Carro para seguir hurgando en la herida gallega, que no ganaba 14 encuentros atrás.

Después de ese choque además, todavía faltaba por verse las caras con los gallos de la categoría: Espanyol, Mallorca, Leganés... Sin embargo, en los siguiente tres encuentros se certificó la salvación. El gol de Cristian fue una bomba de oxígeno y de confianza, con la que se empató después con los pericos y se venció a Las Palmas allá y al Castellón en La Romareda para despedirse de una temporada (más) para el olvido.