Kane, la única bala que estuvo cerca de eliminar a la favorita
Inglaterra tuvo muy cerca el sabor de la supervivencia en este Mundial. Vivió los cuartos de final contra Francia, que es la favorita del torneo después de la eliminación de Brasil a manos de Croacia. El que muchos catalogan como el mejor partido del Mundial no empezó muy bien para los intereses de los ingleses, que se vieron por debajo en el marcador en la primera mitad del encuentro.
Era Tchouameni, el centrocampista del Real Madrid, el que aventajaba a Francia en el marcador con un gran golpeo desde fuera del área. Los franceses estaban defendiendo bastante bien pese a que era Inglaterra la dueña de la posesión. Uno de los peligros ingleses fue Bukayo Saka, cuyo desequilibrio provocó la acción del primer penalti a favor de Inglaterra ya en la segunda parte.
Kane se veía las caras con Lloris cuando ambos comparten vestuario en el Tottenham. Pero el delantero no falló y empató el partido, avivando las esperanzas de los hombres de Southgate. Inglaterra estaba relativamente cómoda, con mayor posesión de balón y también más ocasiones de peligro. Pero Giroud, ante un Mbappé que no apareció, fue el encargado de poner el 1-2 que les dejaba con un pie en las semifinales.
Inglaterra no había dicho su última palabra. Theo Hernández provocó un penalti y los de Southgate tuvieron otra oportunidad muy clara de igualar el resultado. Sin embargo, en esta ocasión la suerte no estuvo de su parte. Harry Kane lanzó el balón por encima de la portería, desechando la mejor ocasión de empatar el encuentro.
Los ingleses lo siguieron intentando, pero no tuvieron éxito y fue Francia la que certificó su pase a la siguiente ronda. De nuevo, Inglaterra se marcha a casa con la sensación de haber podido lograr algo grande, lo mismo que le ocurrió en el Mundial de Rusia de 2018.