El Uxúe Bilbao Basket da el petardazo ante el Nymburk en Miribilla (83-85)
El Uxúe Bilbao Basket se complica su deseo de estar en los cuartos de final de la Eurocup al perder en Miribilla en su primer partido del Grupo J ante el CEZ Nymburk checo (83-85). Un mal partido de los MIB, muy fatigados y ampliamente superados por los pivots rivales para acumular su tercera derrota consecutiva. Las tres técnicas recibidas en el último cuarto acabaron por amargar una noche aciaga y que obliga a vencer lejos de Bilbao para mantener las aspiraciones.
Tras el ajustado triunfo del Valencia ante el Riga los de Katsikaris no han podido evitar la sorpresa este miércoles y hacer valer su papel de favoritos ante el teórico equipo más flojo del grupo al que habrá que pelearle el average. Hoy portando crespón blanco, en este caso, de luto en recuerdo de Jesús Garitaonandia, rector de la basilica de Begoña, y de Iñaki Lejarreta; saltaba el cinco habitual y Hervelle anotaba la primera canasta en un arranque lleno de fallos por parte de ambos. Pero la caraja era sobre todo local, tal vez por la paliza física del fin de semana con prórroga en La Fonteta.
Los vizcaínos estaban lentísimos y los checos se ponían pronto siete arriba con un Welsch muy cómodo ante una defensa flojita que le dejaba tirar solo. Tras un tiempo muerto de Fotis con 7-14 las cosas volvieron a su cauce con un parcial de 5-0, triple de Mumbrú incluído. Pero el feeling ambiental era negativo y los visitantes no se apeaban del burro, cerrando el flojísimo primer cuarto con 17-19 a su favor.
El segundo acto iba a tener mayor intensidad con la segunda unidad en pista. Se metían más manos, se apretaba y Pilepic, sobre todo, se esforzaba en agradar ahora que suena su nombre para mal. Se ve que la grada está por la labor de animarle además y él respondía sobre todo con asistencias. Las aprovechaba Rakovic, muy metido, que hacía la función habitual anotadora de Hamilton y daba por fin el liderato en el marcador con un tirito de 4 metros para el 27-26.
Pero la noche iba peleada y otra vez los centroeuropeos volvían a la carga de la mano del pelirrojo Naymick, que se ponía las botas machacando tras salir solo de los 'pick an roll' en la bombilla. Sus 12 puntos eran del todo inesperados, al igual que eclipse de los habituales cañoneros MIB. Faltaba punch en el quinteto inicial que se fue con solo 14 puntos anotados en los primeros 20 minutos de juego. Con empate a 36 iban al descanso ambos equipos y pocas lecturas claras, la verdad.
A la vuelta del vestuario otra vez parecía que a los dos conjuntos les pagaban por no meterlas, porque ni a diez centímetros del aro la enchufaba nadie. Aspecto que engloba los tiros libres, donde los de Katsikaris andan un tanto tiesos últimamente. Nada que ver su ritmo con el de Naymick al que los pivots vizcaínos estaban haciendo carne de NBA, con 8/11 tiros y 19 puntos anotados casi sin oposición.
Con 47-53 Fotis pedía otro tiempo porque los checos tiraban muy solos y volvían a abrir brecha en el luminoso hasta ponerse 10 arriba. Welsch no anotaba demasiado pero sí dirigía el ataque desde el alero sirviendo balones en ventaja a Rancik y a Benda.
El técnico griego optó por volver a encomendarse a los suplentes y por refugiarse en una zona 2-3 cuando los porcentajes de tiro MIB ya se desplomaban en un día aciago. No cundió efecto el ajuste y el inquietante 53-63 marcaba la entrada al cuarto decisivo del partido.
Un último acto que empezaba con un parcial de 8-0 con un Grimau encendido y el despertar del 'efecto Miribilla', que estaba en standby viendo al equipo tan chuchurrío. Cuando la cosa por fin chutaba los árbitros la montaron. Una triple técnica a Raül López, a Pilepic y a Mumbrú -este en el banquillo- volvía a descarrilar el tren ya que los checos no fallaron desde el 4,60 y se fueron a diez a falta de seis minutos.
Ahí ya con el público incendiado empezaba una nueva batalla en la que los del israelí Ginzburg corrían el riesgo de rajarse y llenar el cagómetro. Les costaba horrores anotar y Rancik, que tenía el día con 30 puntos, tuvo que meter un triple a tabla que ni en la play-station le sale. En plena carga local un triple de Mumbrú ponía a 4 puntos a los MIB, una bombita de Raül a dos, y Kostas incluso ponía el 80-79 desde el tiro libre mientras los checos, que seguían temblando, casi lloran de alegría viendo a Rancik meter el triple mortal en una ayuda demasiado larga de Hervelle.
Tras haber remado tanto el triunfo se esfumaba como en Valencia en el último suspiro. Esta vez la jugada de tirar a fallar Vasileiadis desde la personal, que salió bien ante Buducnost, no coló y la victoria voló de Bilbao dejando un mal sabor de boca. Y es que tres derrotas seguidas son muchas y el equipo parece fundido. Los finales apretados últimamente salen todos cruz.
Estadística oficial del partido.