Acabó la travesía por el desierto

Pocas o ninguna alegría ha dejado en el banquillo taronja el paso de Valencia Basket por la Euroliga. Es cierto que el equipo no ha estado a la altura de lo que exige esta competición, pero de los errores se aprende. Un equipo que participa por tercera vez en Euroliga y que acorrala a todo un Olimpiacos en su casa, y que se queda a un paso de pasar ronda, más que retroceder, lo que hace es dar un paso de gigante hacia delante. 

 El arranque en la Liga Endesa, no ha sido ni mucho menos el esperado, pero una vez perdido el lastre de perder cada semana en Europa, el equipo afronta ahora un segundo periodo en el que al menos, se siente poderoso. No es lo mismo jugar en liga tras una derrota en Europa, que hacerlo tras una victoria, y esa sensación es la que ofrece ahora la Eurocup, de la que Valencia Basket es el vigente campeón.
El primer paso para la recuperación lo ha dado Perasovic, que ha suavizado el tono con sus hombres, y que con pequeños gestos, se puede volver a ganar a sus jugadores, porque si algo es esta plantilla es agradecida y comprometida, y a poco que se les dé, lo van a devolver con  creces, al igual que los aficionados de la Fonteta, que están deseando ver de nuevo a su equipo alzar un título.
Hombres como Sato, Harangody, o Vives son ahora jugadores dominantes, y con la recuperación de Van Rossom, Nedovic podrá explotar más su faceta anotadora. Loncar o Pablo Aguilar pueden tener su momento, y recuperar las sensaciones perdidas en este inicio de temporada. La Eurocup es la vía más factible que tiene ahora Valencia Basket para volver a darse una oportunidad en la Euroliga del año que viene, para demostrar que ha crecido y que ha asumido y corregido las imperfecciones que le han llevado a no poder competir de tú a tú esta temporada en la máxima competición continental, el lugar en el que merece estar el conjunto valenciano.