El Unicaja está en crisis

Se puede perder en Santiago. Se pueden perder cuatro partidos en la ACB. Se puede terminar por detrás del Madrid y el Barcelona. Y no pasa nada. Porque esas cosas pasan. Pero todo se afea si nos preguntamos cómo y por qué. Y todo lo que está pasando en el Unicaja es más complejo que la derrota de este domingo ante Obradoiro (78-66).

Hay que pedir explicaciones a Joan Plaza, que igual que es el arquitecto de este equipo que tan buen año venia completando, también es responsable del estado actual, que es de crisis. Y no por los resultados o la desazón de haberte visto tan líder, tan alto, tan bueno. Es porque desde que el Unicaja dejó de competir en Europa se ha desinflado también en la Liga Endesa. Física y mentalmente el equipo no está. Así, a día de hoy, no eliminaría a nadie en cuartos. Y aquí, seamos francos, lo que importa es llegar bien a los play off.
Inició el primer cuarto el Unicaja con ese chip que durante meses ha marcado la diferencia en la ACB. Un arranque inmaculado, sin fallo en el tiro (2-12), apretando en ambas zonas.
Obradoiro, después del aturdimiento que le provocó Unicaja, se entonó algo y aunque seguía por detrás (11-17), estaba en el partido. Equilibraron los triples de Toolson, que andaba fino (tres de tres).  Aunque los gallegos ponían muchísimo empeño, el acierto desde lejos de los cajistas dejó un 17-25 en el tanteador al término del primer cuarto.
Y nada más volver al parqué, Green sacó el rifle y Markovic le acompañó (19-30). Y al poco llegó la fase extraña. No del juego, pero una acción en la que Corbacho terminó sangrando enrareció el ambiente en Santiago. Y eso perjudicó al Unicaja que a falta de cinco minutos para el descanso veía como su rival se acercaba (29-34).
Vasileiadis rompió la sequía con un triple cuando parecía que a todos se les había apagado la luz (30-37). En cuanto los aires se calmaron, Unicaja fue despagándose otra vez, 32-42 tras un triple de Stefansson. Al descanso se fue con 33-42 y con el público increpando a los colegiados.
De vuelta del descanso, Waczynski apareció con ganas de marcha y condujo a su equipo a un amago de remontada (39-42). El Unicaja, cómo no podía ser de otra forma en un tercer cuarto, estuvo sin anotar más de cuatro minutos y eso lo aprovechó el inspirado Waczynski para empatar el duelo con un triple (42-42).
Granger devolvió la ventaja al equipo malagueño con un penetración (42-44) a falta de 5’15’’ para el final del cuarto, pero el ‘canterano’ Rafa Freire AKA Rafa Luz concedió la primera ventaja al Obradoiro con un triple (45-44).
Estaba siendo de locos el cuarto del Unicaja. Plaza no paró el partido hasta que apenas quedaban dos minutos y sus hombres sólo habían conseguido una canasta. Un parcial de 16-2.  
Tras volver del tiempo muerto, Toolson rompió la sequía con un triple (49-47), pero concedieron a Triguero un 2+1 que anulaba su efecto en el marcador (52-47). Lo mejor que le podía pasar al Unicaja era que se terminase de una vez. Y dentro de lo que cabe no terminó tan mal (54-51).
Waczynski, al que llevábamos tiempo sin nombre, empezó el último cuarto con un triplazo para el 57-51. 21 puntos llevaba ya el polaco…
Estaba siendo un calco de los minutos anteriores el último cuarto. El Unicaja tenía serios problemas para conseguir puntos. Malos tiros, precipitación, ansiedad… Y encima tampoco es que fuese una roca en defensa.
El reloj cada vez era una losa más pesada y el Río Natura olió la sangre (65-55). Frenó un poco la hemorragia Markovic con un triple (65-58). Pero los síntomas seguían siendo los mismos.
Poco había que hacer, cuando el Unicaja entra en modo autodestructivo es muy difícil sacarlo del pozo. La cuestión es que son ya cuatro partidos que indican que algo pasa y no es sólo deportivo.