El homenaje es el presente

Disfruten del homenaje, de ver que 20 años son nada, de cómo ha tratado el tiempo a ídolos como Babkov, de esa manera tan nuestra de hacer de una derrota un triunfo histórico. Pero no se puede olvidar que lo que importa es el presente. Que ese triple nunca entrará por mucho que veamos las imágenes con intacta ilusión dos décadas después. El Unicaja que nació de aquella derrota tiene que seguir remando.

Qué caprichosa la vida, justo 20 años después llega el Barcelona a Málaga. No es una final y hasta el escenario ha cambiado. El Unicaja de la pelusilla ya tiene barba. Así que nos vemos en el Carpena con la segunda posición de la ACB en juego. Más importante de lo que parece en muchos aspectos.
Porque siempre es más ventajoso con vistas a los playoff quedar por encima en la fase regular. Pero también hay cuestiones psicológicas. Para empezar el Unicaja tiene que desprenderse de la pesada losa que le ha llevado a perder los últimos cuatro partidos. Sin embargo, es más importante si cabe demostrarse que puede meter mano a este Barcelona.
Se han visto la cara en este curso en un par de ocasiones. En el Palau, el Unicaja tuvo el partido ganado, pero un triple increíble de Abrines llevó el duelo a la prórroga y ahí Lampe y Marcelinho acabaron con la resistencia cajista. Luego llegaron las semis de Copa del Rey y los de Plaza tampoco pudieron derrotas a los blaugranas.
Así que este domingo en el Martín Carpena (12:30 horas, Teledeporte) se mezclarán sentimientos, emociones, el ayer, el hoy, el deporte, los héroes, los villanos. Todo eso es el baloncesto. Todo eso es el Unicaja. Todo eso es Málaga.