Damien Wilkins: "Mi padre retó a Jordan, pero Jordan podía con todo"
Damien Wilkins, el líder de EEEU en los Panamericanos de Toronto, es parte de una de las familias de mayor pedigrí en la Historia de la NBA. Su tío es Dominique Wilkins y su padre Gerald Wilkins, de quien dice: "Retó a Jordan, pero Jordan podía con todo lo que se pusiera delante".Antonio Martín Guirado
"¿Por dónde empiezo?", afirma entre risas el jugador cuando Efe le pregunta por su anécdota preferida acerca de la rivalidad entre los Wilkins y el 23 de los Bulls.
"La verdad, no quiero contar historias de mi padre contra Jordan porque, probablemente, son historias que él no querría que contase", reconoció. "Pero obviamente tuvo una gran carrera. Fue un durísimo defensor, muy enérgico y un gran trabajador. Aprendí mucho de él y me trasladó toda su ética y sus valores", agregó.
Gerald Wilkins, como miembro de los New York Knicks y los Cleveland Cavaliers, protagonizó algunos de los enfrentamientos más duros a los que se vio sometido Jordan, especialmente en eliminatorias por el título.
Sin embargo, contra Knicks y Cavaliers -dos de sus rivales preferidos-, Jordan siempre se las apañó para dejar imágenes para la historia.
"Mi padre retó a Jordan, al mejor jugador de la Historia. Pero Jordan es Jordan. Podía con todo lo que se pusiera por delante", manifestó.
Como ya hiciera su tío Dominique como miembro del "Dream Team II" hace 21 años en el Mundial de Canadá, Wilkins ahora también tiene el honor y el orgullo de jugar para Estados Unidos en un torneo internacional.
"Es un gran momento para nuestra familia", apuntó.
"Mantengo una gran relación con mi tío. Él trabaja como comentarista para los Atlanta Hawks y le acaban de poner una estatua frente al Philips Arena. Me alegro mucho por él", dijo sobre uno de los mejores "matadores" que jamás haya visto la NBA.
De hecho, los concursos de mates en los que Jordan y Wilkins coincidieron se encuentran entre los momentos más espectaculares del baloncesto.
"Pero yo me quedo con el que hizo mi padre por encima de una silla en 1986", sostuvo el alero en alusión al célebre concurso ganado por el diminuto Spud Webb, de 1,70 metros.
Damien Wilkins, tras una carrera en la NBA donde militó en equipos como Seattle SuperSonics, Oklahoma City Thunder, Minnesota Timberwolves, Atlanta Hawks, Detroit Pistons y Philadelphia 76ers, continuó su trayectoria China, Puerto Rico e incluso la Liga de Desarrollo de la NBA. Un auténtico trotamundos.
"Es una gran experiencia porque me ha ayudado a conocer diferentes estilos de baloncesto. Muchas veces te acostumbras a uno solo y cuando llegas a un torneo con reglas FIBA es difícil adaptarte", explicó.
"En mi caso", continuó, "he probado todos y me ha ayudado a evolucionar mi juego".
Wilkins, a sus 35 años, es el jugador más veterano de la plantilla estadounidense que compite en Toronto, pero afirma sentirse completamente en forma.
"Me siento genial", admitió.
"Los Panamericanos son la parte sencilla para mí. Mis entrenamientos individuales son más duros que esto. Tengo un gran equipo de entrenadores personales, gente que me mantiene en forma durante todo el año, especialmente en verano. Esto no es nada", añadió entre risas.
En la plantilla norteamericana, a pesar de la derrota de ayer frente a Brasil, no se contempla otra opción que no sea hacerse con el título, a pesar de que los de las barras y las estrellas no son campeones panamericanos desde Caracas 1983.
"Estamos aquí para ganar el oro. No hay más. Trato de que el equipo mejore cada día y cada partido. En este tipo de formato, quien progresa constantemente y logra hacer un basket consistente a lo largo de la semana es quien se lleva esto. Estoy orgulloso por lo hecho hasta ahora, pero tenemos margen de mejora", declaró.