El Real Madrid dominó un 2018 'con ventanas'
El Real Madrid fue el gran dominador de 2018 con los títulos de Liga y Euroliga, un año convulso en el mundo FIBA por las 'ventanas' y atípico por la ausencia de Eurobasket, aunque exitoso, de nuevo, para la selección española femenina que ganó una medalla de bronce en el Mundial que se jugó en Tenerife.
Para el Real Madrid 2018 fue un año especial que acabó muy bien, con los títulos de Liga y Euroliga, pero que tuvo un desarrollo complicado por la plaga de lesiones, muchas de ellas graves, que asolaron su plantilla.
El equipo hizo de la desgracia virtud y consiguió fichar al pívot caboverdiano de 2.21 metros Walter 'Edy' Tavares que a la postre resultó definitivo y diferenciador en el juego del conjunto del entrenador Pablo Laso.
Tavares abrió el abanico de posibilidades tácticas de un Real Madrid que aguantó, con mucho mérito, todos los reveses que sufrieron a lo largo de la temporada, y que llegó al final con jugadores recuperados y hambrientos de gloria, como respuesta a la adversidad.
El pívot isleño sembró el pánico en la zona con sus tapones y cambió el tiro de muchos rivales con su intimidación, aupando la efectividad de la defensa madridista, clave en los trofeos conseguidos.
También fue el año del esloveno Luka Doncic, que arrasó en cuanto a títulos individuales antes de dar el salto a la NBA, a Dallas Mavericks, tras ser elegido número 3 por Atlanta Hawks.
Doncic se echó al equipo sobre sus espaldas, ante la ausencia de Sergio Llull, y pese a sus 19 años fue el líder del campeón. Fue elegido el mejor jugador (MVP) tanto de la fase regular, como de la Final a Cuatro de la Euroliga. Y también el mejor de la Liga Endesa.
Pablo Laso fue el mejor entrenador de Europa, premio Aleksander Gomelsky, y también fue el mejor entrenador de la Liga Endesa.
El único pero del Madrid en la temporada fue el título de Copa del Rey que no consiguió ante su gran rival, el Barcelona Lassa, en la final disputada en el Gran Canaria Arena, y que los catalanes consiguieron contra todo pronóstico.
La selección española femenina volvió a subir al podio de un Mundial que se jugó en Tenerife y que cargó la mochila de responsabilidad de las jugadoras.
El equipo español fue medalla de bronce, un grandísimo resultado, sobre todo si se tiene en cuenta las dificultades del equipo para llegar a la cita por culpa de las lesiones. La ausencia de Sancho Lyttle, por una grave lesión de rodilla, y las de Alba Torrens, Silvia Domínguez y Laura Nicholls, entre otras, que les impidieron llegar en condiciones óptimas a la cita, se contrarrestó con un espíritu de equipo y una entrega más que notables.
Las famosas 'ventanas' también fueron protagonistas. Un parón de las ligas nacionales para que los equipos nacionales disputen la clasificación para la Copa Mundial de China 2019, al estilo del fútbol.
Dicho así, no suena mal, pero si no pueden participar los jugadores NBA, ni tampoco los de los equipos que participan en la Euroliga, el resultado son un equipos desnaturalizados cuyo parecido con los que han jugado en Europeos y Mundiales, los años precedentes es pura coincidencia.
De hecho Eslovenia, última campeona de Europa, no ha logrado la clasificación. España, gracias a jugadores como Quino Colom y Paco Vázquez, por citar sólo a los más habituales y destacados, no solo salvó la clasificación sino que lo hizo con solvencia y buen juego.
Lo que está claro es que las ventanas dividen el baloncesto. FIBA, Federaciones nacionales y Euroliga van cada una por su lado, mirando sus intereses (económicos) y dejan que el baloncesto se desangre.
Pero lo peor de todo es que apenas se vislumbran posibilidades de arreglo, salvo por las quejas de algunas federaciones, con Lituania a la cabeza, de que las ventanas les salen muy caras. Por ahí, por el dinero, puede llegar algún cambio, aunque parece lejano, muy lejano.