Seat, como el resto de fabricantes de coches, centra a día de hoy buena parte de su producción y su diseño en los SUV. Un tipo de vehículos que en los últimos años ha ido escalando posiciones y es ya toda una referencia en el mercado.
De hecho, pese a que hay quien sigue apostando por ellas, las berlinas han pasado a mejor vida debido al auge de los todocamino urbanos. Ahora, la gran mayoría de familias optan por un SUV, en especial por su comodidad, amplitud y capacidad de carga.
Seat Tribu
Obviamente este auge no ha venido de repente. Poco a poco e mercado que ha ido inclinando hacia los SUV. Eso sí, pocos se esperaban que el ‘boom’ fuera tan bestia.
En cualquier caso, fabricantes como Seat ya imaginaron que en el futuro las carreteras iban a llenarse de este tipo de coches. De hecho, en 2007, cuando algunos modelos como el Audi Q7 o el BMW X5 ya empezaban a despuntar, la marca española diseño un prototipo llamado Seat Tribu.
Un prototipo que iba a marcar la línea de lo que estamos viendo hoy en día. Los de Martorell entendieron que los SUV iban a dejar de ser un tipo de coches destinados tan solo a las clases altas y se centraron en diseñar un modelo urbano para las masas.
Y nació el Tribu. Un modelo que en ningún caso nación con la idea de acabar siendo un modelo en concreto sino mas bien para marcar la línea de los futuros proyectos en ese terreno. En Seat vieron como el Nissan Qashqai acaba de aterrizar y decidieron hacer su propia versión de un todocamino urbano.
Ahora, casi 12 años después, el Ateca, el Arona y el Tarraco son fruto de este prototipo que, probablemente, fue mucho más importante de lo que muchos entonces auguraron.