Volkswagen transformará su modelo más icónico: un nuevo eléctrico llega en 2025

En vista que lo de llamar ID a sus eléctricos funciona menos que echar mano de denominaciones clásicas y con solera, Volkswagen deja los devaneos, borra las dos letras mayúsculas y prepara todo para bautizar a los nuevos modelos eléctricos en los que trabaja con los nombres de siempre. Que habrá un Tiguan eléctrico lo sabemos hace semanas y, ahora también, nos confirman lo que ya se intuía: habrá un Golf eléctrico. Y, seguramente, también acabe habiendo un Passat y no un ID6 o ID Aero.

Marcas de valor

En Wolfsburg alguien ha comprendido que las denominaciones históricas de los modelos Volkswagen son marcas en sí mismas y que ese valor construido durante décadas debe seguir aprovechándose. También cabe esperar –en Alemania no ven claro lo de que haya que jugarlo todo a la carta del litio- que sigan existiendo versiones de combustión pero, eso sí, con combustibles verdes como los que ya preparan Repsol o Petronor.

Menos de 25.000 euros

En origen, el Golf iba a dejar paso al Volkswagen ID2, pero ya no será así: tendremos un Golf eléctrico –con todas las letras- seguramente en 2025 y los de Wolfsburg quieren, además, que el coche no pase de los 25.000 euros. Hablan, de hecho, de 22.500, lo que sería toda una revolución.

Made in Spain

Durante este 2023 presentarán la versión conceptual del coche, que se montará sobre la nueva plataforma MEB+, exclusiva para coches con batería. Volkswagen, además, tiene previsto fabricarlo en España, aunque no se sabe aún si será en Martorell o en Landaben. Sea como fuere, estamos de enhorabuena.

La marca ya coqueteó con la posibilidad de fabricar un Golf Eléctrico hace casi medio siglo

De todos modos, conviene recordar un dato: Volkswagen acumula experiencia sobrada en lo de fabricar Golf eléctricos ya que, allá por 1976, construyó una versión de pruebas llamada Golf E y en 1981 presentó el City Stromer, un coche con unos 60 km de autonomía que tuvo nuevas versiones en 1985 y 1993. La de este último año rozaba los 100 km de autonomía, pero se trató siempre de versiones de producción muy limitada y nunca fabricadas en serie. Una rareza que, con todo, demuestra que lo de los coches eléctricos es menos revolucionario de lo que parece.