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Si estás pensando en cambiar el look de tu coche porque te has cansado o la pintura está desgastada, pero no quieres gastar una fortuna en pintura, hay una solución mucho más económica. Puedes usar vinilo en vez de pintarlo.
Pintar el coche no es barato en absoluto. Y puede que cuando lo veas en la carrocería no termine de convencerte. Habrás tirado un montón de dinero a la basura. Un problema que no tendrás con el vinilo. Es la alternativa más barata y puedes retirarlo cuando quieras, pues funciona como una pegatina. Así podrás cambiar el color sin desfalcarte en el intento.
El vinilo es mucho más barato que la pintura y no es permanente
También está el vinilo líquido, que es como la pintura, pero no tan caro. Y en ambos casos, tanto el vinilo de pegatina como el líquido, son más fáciles de quitar que la pintura.
Además, poner vinilo puedes hacerlo tú mismo, sin tener que llevarlo a ningún especialista. Solo se necesita paciencia y buen pulso. Y también una paleta, una pistola de aire y el vinilo. Si tu coche tiene arañazos, dale una pulidita primero. Y si hay piezas oxidadas, cámbialas antes de empezar.
Así se instala el vinilo en el coche
El proceso es muy sencillo. Despega el protector de la parte adhesiva y estíralo sobre el área a cubrir. Córtalo según la forma y ve despegando poco a poco, mientras alguien que te ayude lo vaya estirando. Dale forma, alisa con la paleta y, cuando todo esté en su sitio, aplica la pistola de aire. Si se arruga, no pasa nada. Despégalo, un soplo con la pistola y listo, como nuevo.
Tras todo ello solo tendrás que retirar todo lo que sobre salga en retrovisores, matrícula o alerones. En todo caso, si tienes dificultades, siempre puedes acudir a profesionales. Y después de instalar todo el vinilo, recuerda no lavar el coche en un par de semanas.
El vinilo dura unos 10 años, te protege la pintura y es fácil de quitar. Pero también tiene sus contras. La suciedad se nota más, no es tan resistente y el roce con la gasolina no le sienta bien.
