Nuevo dato sobre los precios de la gasolina y el diésel causa terror

Si eres de los que se preocupan al ver la cifra que marca la gasolinera cada vez que llenas el depósito, prepárate para un escalofrío. Los precios de la gasolina y el diésel están en una escalada imparable y parece que no hay freno a la vista. En el pasado agosto, el precio promedio de la gasolina en las gasolineras españolas alcanzó niveles desorbitados, llegando a los 1,7 euros por litro.

Estos números son tan elevados que no se veían desde hace al menos un año, y lo peor es que los expertos aseguran que esto no va a parar aquí, al menos hasta que llegue el fin de año. ¿Qué pronostican? Hablan de máximos de 1,8 euros por litro.

La subida prevista de aquí a final de año en los precios del combustible preocupa a los consumidores

Esto significa que podríamos enfrentar un aumento del 6% en el precio de los combustibles en los próximos tres meses y medio. Y para ponerlo en contexto, el año pasado, en promedio, estábamos pagando alrededor de 1,4 euros por litro de combustible, gracias a un descuento de 20 céntimos que desapareció el 1 de enero.

Hay varios factores que explican esta situación de pesadilla. Primero, tenemos el precio de la materia prima, el barril de Brent. Aunque pueda sorprenderte, este solo representa la mitad del precio que ves en la gasolinera. Por otro lado, la OPEP+, liderada por Arabia Saudí, ha decidido recortar la producción de petróleo, lo que ha mantenido los precios del barril de Brent en niveles elevados y esto, obviamente, se traduce en precios más altos en las estaciones de servicio.

Otro punto que influye es la demanda. El turismo se ha recuperado y hemos tenido un verano con temperaturas récord en todo el mundo. Esto ha aumentado la demanda de combustibles, y ya sabes cómo funciona esto: cuando la demanda sube, los precios también suben. Simple economía de mercado.

La tormenta perfecta

Además, durante la pandemia, muchas compañías petroleras decidieron poner en pausa proyectos de expansión de la capacidad de refinación. Ahora, con la demanda en niveles récord, el mercado está bajo presión, lo que ha llevado a un aumento en los márgenes de refinación. Y como si eso no fuera suficiente, las petroleras también han aumentado sus márgenes comerciales, siguiendo la ley de la oferta y la demanda. En resumen, el mercado está siendo apretado desde todos los ángulos.

A todo ello debes sumarle los impuestos. El IVA y el impuesto especial de hidrocarburos representaron entre el 41% y el 45% del precio final de la gasolina en agosto. Lo curioso es que el impacto del IVA es aún más grande cuando el precio de origen es alto, lo que significa que a medida que los precios de la gasolina suben, nosotros, los conductores, nos vemos obligados a pagar aún más impuestos.