Estas son las recomendaciones de la DGT para conducir con hielo y nieve
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En condiciones extremadamente adversas, la DGT recomienda no circular
Ahora que parece que el frío llega con todas las de la ley a buena parte de España, es un buen momento para recordar las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT) a la hora de conducir sobre terrenos helados.
Conducir sobre un manto blanco de nieve o una calzada cubierta de hielo puede ser un desafío temerario. Los neumáticos pierden su aguante, aumentando el riesgo de derrapes y trompos. Por eso, los expertos de la DGT sostienen una regla de oro: si las previsiones meteorológicas apuntan a nieve lo mejor es no salir a la carretera. Sobre todo para quienes circulan por carreteras de montaña.
Si la meteorología no acompaña, mejor no salir a la carretera
Pero, claro, a veces uno no tiene más opción que enfrentarse al asfalto helado, ya sea por trabajo o por una urgencia. En esos casos, asegúrate de tener el arsenal necesario: cadenas de nieve o neumáticos de invierno.
Una vez que estás decidido a enfrentar las inclemencias, asegúrate de que las vías por las que vas a circular estén en condiciones decentes. Aunque no basta solo con eso. La precaución debe estar presente en todo momento, aunque parezca que la carretera está en mejores condiciones.
Los consejos de la DGT en carreteras heladas
Si te encuentras con la presencia de nieve en tu ruta, enciende las luces, reduce la velocidad y aumenta la distancia de seguridad. Además, es recomendable seguir las rodadas de los vehículos que te preceden.
❄️❄️❄️Cómo afrontar la #nieve en carretera:
✔️Lleve #luz cruce. Reduzca #velocidad. Aumente #distancia
✔️Siga las huellas. Circule por rodadas de otros vehículos, maneje volante con suavidad
✔️No acelere. Cuando inicie la marcha, suelte suavemente el pie del embrague pic.twitter.com/U43MRcZGtn
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) January 17, 2023
Cuando hay hielo, la clave es la velocidad: reduce la marcha. Asismimo, si sientes que tu vehículo está a punto de deslizarse levanta el pie del acelerador y no toques el freno hasta haber superado el tramo resbaladizo. El hielo y el freno son como el aceite y el agua, mejor mantenerlos separados.
Por último, si llegas al punto de encontrarte deslizando en la calzada, mantén el volante recto y corrige la dirección una vez que hayas salido del aprieto.