Alfa Romeo resucita un modelo mítico, deportivo puro con 240 CV de potencia
-
Este clásico de principios de siglo XX regresa en una edición especial que encantará a los más puristas
-
Tres versiones para este icono de Alfa Romeo, todas con un motor que rinde hasta 240 CV de potencia
-
Alfa Romeo, cambios en el Tonale con importantes novedades
Alfa Romeo ha vuelto a sus raíces deportivas con la resurrección de uno de sus modelos más icónicos y admirados: el Alfa Romeo 4C. Este vehículo representa la esencia pura de la marca del Biscione, orientada a la velocidad y al diseño único. Pensado para quienes buscan una experiencia de conducción extrema y exclusiva, el Alfa Romeo 4C regresa en una edición especial, homenaje al piloto italiano Nicola Larini, quien fue clave en el desarrollo de este modelo en el circuito de Balocco y es recordado por su triunfo en el Campeonato Alemán de Turismos en 1993.
Este deportivo biplaza de Alfa Romeo sorprende con su motor de cuatro cilindros de 1.75 litros, capaz de desarrollar una potencia de 240 CV. Este motor, que también se utilizó en el Giulietta, se diferencia por su cárter seco, una tecnología derivada de la competición que permite una mejor lubricación en condiciones extremas y ayuda a reducir la altura del centro de gravedad. Este ajuste hace que el 4C sea aún más ágil y ligero, ideal para ofrecer una conducción de alto rendimiento en cualquier circunstancia.
Un clásico resucitado casi 100 años después por Alfa Romeo
La exclusividad de este 4C es evidente desde el exterior, con tres unidades únicas en colores verde pino, rojo ciruela y amarillo ocre, decoradas con franjas blancas en el frontal y la trasera, y la firma de Larini en el capó. Aunque el interior se mantiene en misterio, se sabe que está acabado en cuero negro a juego con el color exterior, ofreciendo una atmósfera sofisticada y deportiva.
Con solo 895 kg de peso, el Alfa Romeo 4C destaca por su chasis de aluminio y un monocasco de fibra de carbono, características que lo hacen increíblemente ligero y resistente. Esta combinación le permite acelerar de 0 a 100 km/h en solo 4,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h. Este rendimiento se traduce en una experiencia de conducción visceral, con una precisión y estabilidad propias de un auténtico deportivo.