Buenas noticias para las mujeres con la menopausia: llega a España el primer fármaco no hormonal para tratar sus síntomas
-
Este fármaco la frecuencia y la intensidad de los sofocos y los sudores nocturnos
-
No está cubierto por la sanidad pública
-
La prevalencia máxima de estos síntomas se produce en los dos primeros años tras la última menstruación
En España, el 86% de las mujeres en edad menopáusica presenta síntomas relacionados con esta. Los sofocos y los sudores nocturnos se encuentran entre los cuatro más frecuentes, los desarrollan hasta el 80% de las mujeres, mientras que la intensidad moderada o severa la manifiestan un 25%. Dichos síntomas no quedan ahí, sino que alrededor de un 10% asegura que interfieren en su vida cotidiana.
A partir de ahora, estos cuadros sintomáticos van a poder ser tratados en España con el primer fármaco no hormonal, bajo el nombre Fezolinetant, que ayuda a restablecer el equilibrio termorregulador, reduciendo la frecuencia y la intensidad de los sofocos y los sudores nocturnos.
Se trata de una alternativa para las mujeres que no quieren o no pueden usar tratamientos hormonales, ha señalado María Fasero, doctora en Ginecología y Obstetricia en el Hospital Universitario La Zarzuela y portavoz de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM).
¿Cómo se comporta en el organismo este nuevo fármaco?
El medicamento ha demostrado una reducción clínica y estadísticamente significativa en la frecuencia de los síntomas vasomotores de la menopausia (SVM), con unos efectos que se empiezan a observar desde la primera semana de administración.
Se administra por vía oral, pero por ahora, no está financiado por la sanidad pública. Cada caja de 28 comprimidos cuesta 74,31 euros, es decir, 2,65 euros al día, señalan a EFE fuentes de Astellas, la compañía que lo comercializa.
Los síntomas vasomotores de la menopausia se originan en el hipotálamo, la parte del cerebro responsable de regular la temperatura corporal a través de unas neuronas denominadas KNDy. En condiciones normales, existe un equilibrio entre el estrógeno, que inhibe estas neuronas, y una sustancia cerebral, la neuroquinina B (NKB), que las estimula.
Durante la menopausia se pierde este equilibrio por la menor cantidad de estrógenos, provocando que el hipotálamo interprete que el cuerpo tiene calor cuando en realidad no lo tiene, lo cual desencadena los sofocos -sensaciones repentinas e intensas de calor en la cara, el cuello y el pecho, que pueden ir acompañados de sudoración, escalofríos, ansiedad y palpitaciones y que pueden durar entre 1 y 5 minutos- o sudores nocturnos -sofocos durante el sueño-.
Sobre la menopausia
La menopausia se entiende como un "periodo fisiológico en la vida de las mujeres condicionado por cambios hormonales" que "consiste en el cese permanente de la menstruación", define la Clínica Universidad de Navarra. Los signos pueden aparecer varios años antes o permanecer varios años después. La edad promedio de los países desarrollados se sitúa entre los 51 y 52 años.
De media, las españolas pueden experimentar SVM de intensidad moderada durante 4,5 años, aunque la prevalencia máxima de este fenómeno se produce en los dos primeros años tras la última menstruación; no obstante, existen factores que pueden prolongar su duración, como el bajo nivel educativo, el estrés o la depresión.
Además de los síntomas mencionados al inicio del artículo, otros que suelen asociarse con la menopausia son: la sequedad vaginal, la disminución de la libido, la quemazón en los genitales, la frecuencia y urgencia en la micción, una mayor frecuencia de infecciones urinarias, la pérdida de la elasticidad de la piel y los cambios en la textura, el tamaño y la consistencia de las mamas. Muchas mujeres también refieren episodios de ansiedad, depresión, irritabilidad, pérdida de memoria e insomnio.
En ocasiones, impacto de los síntomas es tal que su frecuencia y gravedad pueden utilizarse para la predicción de futuros problemas de salud crónicos, como enfermedades cardiovasculares, osteoporosis o problemas de memoria.