Cuando el deporte deja de ser saludable: los problemas que asumen los deportistas olímpicos para llegar a la cima

Los Juegos Olímpicos de París 2024 han sido el escaparate en el que miles de deportistas han mostrado a todo el mundo lo mejor que saben hacer y han dejado al mundo impactado por sus capacidades físicas. Sin embargo, no todo es tan "fácil" y bonito como parece ya que para llegar hasta donde están ahora han tenido que dejar muchas cosas atrás y aceptar una serie de riesgos. La pregunta que muchos se hacen es ¿qué han hecho estos deportistas para llegar a la cima?

La gran mayoría de los olímpicos comenzaron a practicar ese deporte como un hobbie y una forma divertida de hacer ejercicio físico, sin embargo, se acabó convirtiendo en una obligación en la que debían dedicarse íntegramente durante una gran parte de las horas de todos sus días cuando apenas tenían 11 o 12 años.

El deporte de élite y el impacto en el desarrollo

A medida que la practica deportiva va subiendo de nivel, lo que se considera algo saludable va dejando de serlo. Entre los más jóvenes, uno de los riesgos que conlleva el hecho de convertirte en un deportista olímpico es la alteración del crecimiento natural. "Los altos volúmenes de entrenamiento a los que se someten muchos deportistas jóvenes tienen riesgos importantes para la salud", explica el Dr. Miguel del Valle Soto, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED) a ElDesmarque.

La especialización deportiva suele ir de la mano de un sobreentrenamiento y de una dieta muy estricta por lo que el riesgo de retraso en el desarrollo es mayor. Además, la intensidad de los entrenamientos provoca "una serie de lesiones por sobrecarga propias de la edad de crecimiento -enfermedad de Osgood Schlatter, enfermedad de Sindig Larsen Johansson, enfermedad de Sever…-", añade el mismo.

En las chicas, la primera regla llega tardía

"El crecimiento, la maduración y el desarrollo es diferente en los hombres y en las mujeres si nos basamos en el edad cronológica", cuestión que "debe de tenerse en cuenta a la hora de planificar los entrenamientos y de analizar los retrasos en el desarrollo", matiza el Dr. Miguel del Valle.

Unos de los retrasos más evidentes entre las jóvenes deportistas es el retraso de la edad de la primera regla -menarquía-. "Se considera que por cada año de entrenamiento previo a la primera regla, ésta se retrasa alrededor de medio año. Posiblemente debido a que el elevado consumo energético provoca que estas deportistas tengan un peso corporal por debajo de la normalidad y eso provoca retrasos en la menarquia", desarrolla el experto.

Estos estrictos entrenamientos no sólo alteran la aparición de la primera regla, sino también producen irregularidades en la menstruación -cuando ya ha bajado en alguna ocasión anterior-y disminuyen la densidad mineral ósea. De hecho, esta cuestión, es decir, la baja disponibilidad energética junto con las alteraciones de la función menstrual y la disminución de la densidad mineral ósea, es algo más habitual de lo que parece y "se conoce como la triada de la mujer deportista", concluye el presidente de SEMD.