Estas son las pruebas que diagnostican la tuberculosis, la enfermedad que padece Lucas Pérez

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Si no se trata puede llegar a ser mortal
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Los síntomas y la radiografía del tórax activan las sospechas de esta enfermedad
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A Lucas Pérez le han diagnosticado una tuberculosis activa. Esto significa que tendrá que estar varias semanas aislado siguiendo las medidas de seguridad recomendadas por el equipo médico del PSV y el departamento de salud pública de la ciudad neerlandesa para evitar nuevos contagios.
Aunque por el momento no se han detectado a más personas infectadas, se ha puesto en marcha una investigación para detectar el origen del contagio ya que la tuberculosis es una enfermedad muy contagiosa que suele afectar a los pulmones y que si no se trata puede llegar a ser mortal.
¿Qué significa tuberculosis activa?
El hecho de que el club haya matizado en sus redes sociales que hay un futbolista con tuberculosis 'activa' es porque el exjugador del Deportivo de la Coruña ha comenzado a manifestar síntomas y puede transmitir la enfermedad a otras personas.
Esto se produce cuando la infección causada por el bacilo tuberculoso se activa (a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los casos que permanece en el organismo de forma latente sin causar mayores problemas). Dicho proceso se llama reactivación y puede tener lugar en el transcurso de los dos primeros años después de la infección primaria, pero también puede tardar décadas en hacerlo.
Signos de alarma de la tuberculosis
Si bien los síntomas que se manifiestan cuando se activa la tuberculosis pueden variar dependiendo de la parte del cuerpo afectada, pues además de los pulmones puede dañar al cerebro, riñones, columna vertebral y piel, la Organización Mundial de la Salud enumera los signos de alarma más habituales:
- Tos prolongada, a veces con sangre
- Dolor torácico
- Astenia -falta de energía-
- Cansancio
- Pérdida de peso
- Fiebre
- Sudores nocturnos
Pruebas que diagnostican la tuberculosis
Una vez que los síntomas activan las sospechas de una posible tuberculosis, se pueden realizar pruebas radiológicas, como la radiografía de tórax, que evidencian aún más las sospechas, según indica el Hospital Clínic de Barcelona.

Además, para confirmar el diagnóstico se deben realizar una serie de pruebas que permiten detectar si la enfermedad está activa o no y son: la prueba de sangre o la prueba cutánea de la tuberculina, enumeran desde Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Respecto a la primera, permite medir "cómo reacciona su sistema inmunitario cuando una pequeña cantidad de su sangre se mezcla con las proteínas de la tuberculosis". Esta tiende a ser la prueba que se realiza en aquellas personas que han recibido la vacuna contra la tuberculosis, pero que aún así se sospecha que puedan tenerla.
Por otro lado, la prueba cutánea consiste en inyectar con una aguja un material de prueba bajo la piel, llamado tuberculina, en la parte inferior del antebrazo interno y a los dos o tres días medir el tamaño del bulto o la reacción que se ha producido que determina el resultado, positivo o negativo, de la prueba.
Aunque esta segunda prueba es apta para bebés, niños, mujeres embarazadas, personas con VIH y para aquellas que tuvieron un resultado negativo en esta misma prueba anteriormente, no se debe realizar en aquellas personas que hayan tenido una reacción grave en el pasado.