Señales que te alertan de que estás comiendo por ansiedad, y no por hambre, según un nutricionista

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El hambre es una señal del cerebro que alerta de la necesidad de nutrirse
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Cuando se come por ansiedad, el apetito no cesa al ingerir alimentos
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¿Te has preguntado alguna vez por qué a veces comes sin tener hambre? ¿Has necesitado comida para hacer frente a situaciones que te desbordan emocionalmente? ¿Ya has comido, pero tu 'hambre' no cesa?
A todas estas preguntas da respuesta el nutricionista Saúl Sánchez en su blog sobre nutrición, pero antes deja claro que "el hambre es una sensación que el cuerpo provoca en señal de la necesidad de nutrirse" y se activa cuando los niveles de azúcar en sangre disminuyen, el sistema digestivo pasa tiempo sin actividad o se produce una gran oxidación de grasa de la reserva subcutánea.
Señales de que estás comiendo por ansiedad
El problema comienza cuando las ganas y la necesidad de ingerir alimentos aparecen por cuestiones hedónicas, es decir, por saciar el placer; y a diferencia de cuando se come por hambre, en este caso no se tiende a ingerir cualquier alimento, sino que se prefieren "productos con grandes cantidades de azúcares simples, sodio o incluso grasa".
Además, cuando se come por hambre, el apetito suele desaparecer al producirse una distensión estomacal suficiente, comenzar la secreción de jugos gástricos, acumularse demasiado tejido graso subcutáneo o elevarse los niveles de azúcar en sangre, enumera el experto. Sin embargo, la ansiedad por comer no se calma tras la ingesta de alimentos, ni "aunque estos tengan grandes cantidades de proteína".
En esta misma línea, Saúl Sánchez matiza que las personas que suelen tener este problema es porque cuentan con un estado emocional estresante que influye en su apetito. De hecho, hay estudios que han demostrado que "bajo situaciones de mucho estrés el 50% de las personas aumenta su ingesta calórica mientras que la otra mitad la reduce".

Una prueba para saber si es hambre o ansiedad
Saúl Sánchez propone una forma para detectar si ese apetito es hambre o ansiedad, a través de la ingesta de mucho líquido. Generalmente, al hacer esto, la distensión del tejido estomacal aumenta de forma que el cerebro deja de emitir señales para ingerir alimentos.
Sin embargo, "si después de consumir mucha agua sigues teniendo hambre y esta no se calma, y encima detectas un momento de estrés grande actual o previo, tienes ansiedad por comer".
¿Cómo controlar el apetito?
Cuando se trata de ansiedad, es necesario solucionar el agente estresante ya sea por terapia psicológica, cambio de hábitos o productos farmacológicos. No obstante, además de esto, el experto en nutrición añade otra serie de consejos para 'controlar' el apetito.
- Beber suficiente agua cada día
- Aumentar el consumo de verduras al ser poco calóricas y ricas en fibra
- Ingerir proteínas y grasas por su gran poder saciante (más que el de los hidratos de carbono)
- El café o el caco puro "son capaces de controlar a la baja la regulación hormonal del apetito"
- El ejercicio físico hace que "el metabolismo y la señalización del apetito funcionen correctamente", priorizando el trabajo de fuerza