Dios resucitado

El equipo del Southampton ha sonado en España este año más de lo normal debido a la llegado a su banquillo del ex entrenador del Español, Mauricio Pochettino. Es un club humilde, que se ha basado históricamente en los talentos que nacen de su cantera para sobrevivir en la elite. El último, el hoy codiciado, Gareth Bale.

El primer día que el técnico argentino llegó a esta ciudad del sur de Inglaterra, probablemente, viera un lema a la entrada de Southampton que reza: “Está usted entrando en el país del Dios”. Y pocos turistas podrían imaginarse a quién se refiere la leyenda. Un futbolista. Pero no uno más. Dicen por allí que el mejor jugador de la historia: el peculiar Matt Le Tissier.
Un jugador que no tuvo la gloria de las grandes estrellas del fútbol británico y que responde a la perfección al esteoreotipo de jugador genial, con todas sus connotaciones. Apenas fue ocho veces con la selección inglesa, pero lo más llamativo es que, llegando a ser, uno de los mejores en la liga, nunca se fue del Southampton. Sus motivos también son de genio: “jugar en un grande es un reto bonito, pero jugar contra los grandes y ganarles lo es mucho más”.
Así de peculiar era el carácter de Le Tissier, un futbolista mágico con el balón en los pies, con una técnica fuera de lo natural y un disparo con la derecha que no ha tenido casi nadie. Con esa declaración de amor eterno al humilde Southampton se ganó de por vida a la afición de los santos. Nunca se cuidó lo suficiente, dicen que no cambiaba por nada las cervecitas con los amigos, pero cuando se vestía de corto era el mejor. Así lo han reconocido todos. Lanzó 50 penaltis en su carrera deportiva y anotó 49. Fue, incluso, el ídolo de un tal Xavi Hernández, que más tarde ganaría en su honor todo lo que él no quiso conseguir. Jugaba por pasión, no por dinero.
Dejó el fútbol en 2002 y ahora es comentarista en la televisión, pero hace unos días anunció la buena nueva: “Vuelvo a jugar”. Sí, una década después, Le Tissier, de 44 años, se va a volver a vestir de corto para ayudar al equipo de su pueblo, Guernsey, una pequeña isla situada en el Canal de la Mancha, que milita en la novena división del fútbol inglés.
Su hermano es el presidente del club y el que le ha convencido para que les eche una mano para tratar de ascender al equipo. Le quedan 12 partidos desde el 18 de abril al 6 de mayo y podría debutar el próximo sábado en casa ante el Hanworth Villa. Seguro que son suficientes para que es ´gordito genial´ vuelva a poner de pie a la grada al ritmo de controles imposibles y disparos mágicos.
 
 
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