Un complejo proceso de liquidación contra el reloj
A junio sólo le queda una semana y al Xerez, apenas diez días para intentar que, aunque el actual club sea disuelto, el equipo refundado pueda competir en Segunda B. Hay diversos frentes abiertos, independientes pero ligados entre sí. Y no son sencillos.
Es lo que ocurre con el proceso de liquidación de la entidad. Aún no puede darse por hecho que vaya a producirse la disolución, puesto que Joaquín Morales podría sorprender antes del miércoles con un nuevo giro, pero todo indica que el Consejo la aprobará y, una vez se comunique al Juzgado de lo Mercantil, se abriría un periodo para liquidar el club. El Juzgado de lo Mercantil sería el encargado de nombrar a los liquidadores y desde la Fundación y la Plataforma dan por hecho que los encargados de llevarla a cabo serán los administradores concursales. Es más, tienen la esperanza de que éstos lleguen a adjudicarles directamente el poder.
A día de hoy, los abogados concursales, Jesús Rodríguez y Antonio del Puerto, dicen no saber nada de esta situación; no obstante, si bien es cierto que desde que salieran del club el pasado año están un tanto más desconectados de la realidad azulina, ésta no les es completamente ajena. En el caso de ser designados liquidadores, iniciarían un procedimiento más complejo de lo que pueda parecer. El plazo para que el Xerez presente los avales y pueda competir en la división de bronce concluye el 5 de julio, pero es difícil averiguar si la liquidación y posterior compra del club estarán finiquitadas para entonces.
No hay que olvidar que la finalidad última de la liquidación es repartir el patrimonio que queda entre los acreedores (los extraordinarios, como Hacienda, tendrían preferencia). Y para ello, una vez tomen posesión, los liquidadores tendrían que analizar ese patrimonio, ver si hay parte del mismo que funcione como garantía, estudiar las cuentas, conocer el activo del club, ver si existen créditos, etc. Incluso, examinarían si es mejor liquidar el club en conjunto o realizar ventas por separado. En cualquier caso, unos trámites que no permiten saber si el Xerez está a tiempo de competir en Segunda B.
Lo que está claro es que no se producirá una subasta al mejor postor, sino que tendrían en cuenta tanto el precio de compra como la existencia de garantías de gestión. El respaldo del Ayuntamiento a la Fundación y la Plataforma puede tomarse como una importante prerrogativa, si bien es necesario presentar una oferta firme y el dinero para hacerse con la plaza en el grupo IV.