La euforia del gol le cuesta muy caro
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El jugador del Dynamo Dresden alemán Sylvano Comvalius metió el golazo de la noche que dio la victoria de su equipo en el minuto 86 con un cabezazo, aunque le costó muy caro la euforia que le entró en la celebración.
El futbolista se volvió loco después del tanto y se fue a disfrutarlo con la grada, habiéndose quitado la camiseta previamente.
La árbitro del partido, Bibiana Steinhaus, no dudó en mandarlo a los vestuarios tras sacarle la cartulina roja, por haberse sumado a los aficionados para celebrar el gol como si fuera un hincha más.