Jamaica, algo más que potencia física
Se esperaba que Jamaica corriera al contragolpe y explotara su velocidad ante Uruguay y lo hizo, pero a la potencia física de los Reggae Boyz se sumó el orden y el rigor táctico que les inculcó su entrenador, resultando un cóctel que puede dar alguna sorpresa en la Copa América.Rubén Figueroa
Así lo reconoció el propio seleccionador uruguayo, Óscar Washington Tabárez, primero en sufrir a los jamaicanos, a quiénes el sábado vencieron por la mínima y sufriendo.
"Y van a ser duros también para los otros rivales. Es un equipo bien trabajado en las jugadas a balón parado y en los movimientos defensivos, es un aspecto colectivo del juego en el que tiene que ver mucho el entrenador", declaró Tabárez.
Jamaica jugó sin complejos, con tres hombres de ataque y presionando en equipo, demostrando una preparación que sorprendió a los uruguayos, que seguramente esperaban un grupo menos disciplinado.
De habérselo creído un poco, las acometidas de Joel McAnuff y de Darren Mattocks podrían haber acabado en gol.
Especialmente la ocasión de la que gozó este último casi al término de la primera parte, en cuyo error sin duda pesó el vértigo de sentirse observado por el mundo entero y estar ante la posibilidad de asestar una seria puñalada al actual campeón de un torneo en el que compites como invitado.
Tras el encuentro, Schäfer afirmó que su equipo fue mejor y que se sentía ganador del partido.
Sin duda, la derrota no aminoró el ánimo de este trotamundos del fútbol que en 2002 llevó a Camerún hasta el título de campeón de África y que ayer declaró que su objetivo en Chile es alcanzar los cuartos de final.
Lo que sí se ganó Jamaica desde fue el afecto del público chileno que presenció el choque en el estadio Calvo y Bascuñan de Antofagasta y que, a falta de su selección sobre el césped, tuvo claro a quién animar.
Los aficionados jamaicanos eran minoría en la grada ante el mayor número de celestes que se desplazaron a Chile para ver a Uruguay, pero tuvieron de su lado a los hinchas locales, entusiasmados con su juego valiente.
Cada vez que los caribeños ponían contra las cuerdas a la defensa uruguaya el graderío chileno se animaba.
Fue tal el dominio jamaicano en algunos lances del encuentro que desde las tribunas se coreó "¡ole, ole!", circunstancia que no gustó nada a algunos charrúas, como Egidio Arévalo Ríos, que tras el partido declaró que los chilenos no quieren a Uruguay.
"Todos los chilenos apoyan más a los otros, no nos quieren. No sé por qué. A ver si ganan algo para ver si se calman un poco", declaró el mediocentro uruguayo.
Chile no cuenta con ninguna Copa de América en su palmarés y tiene una especial fe en poder levantar el título en su casa al vuelo del buen ramillete de futbolistas que posee en la actualidad, varios de ellos curtidos en las grandes ligas europeas.
Con más filosofía se lo tomó Tabárez, que indicó que los pitidos que escuchaban sus jugadores por parte del público y los vítores que recibían los jamaicanos, lejos de ser algo negativo, les fortalecían.
El 'Maestro' enmarcó el favor del respetable hacia los caribeños en el hecho de que se trata de un equipo teóricamente inferior que jugaba ante otro al que se le exige más porque de vez en cuando ha ganado algo.
"Todo lo bueno que pueda hacer un equipo teóricamente inferior sorprende y al equipo que ha ganado algo alguna vez se le exige más", indicó el técnico uruguayo.