China evita in extremis su eliminación en la carrera hacia el Mundial de 2018
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La selección china de fútbol logró de forma casi milagrosa el pase a la tercera y última fase en el grupo clasificatorio de Asia para el Mundial de Rusia 2018, después de vencer a Catar (2-0) y beneficiarse de varios inesperados pinchazos de otros equipos del continente.
La selección china, que hace un mes cambió de seleccionador tras la destitución del francés Alain Perrin y su recambio por el local Gao Hongbo, se impuso a los cataríes, dirigidos por el uruguayo José Daniel Carreño, con goles de Huang Bowen (minuto 57) y Wu Lei (minuto 88).
El partido, con más emociones que fútbol, se disputó en el Estadio Provincial de Shaanxi de la ciudad de Xian (centro de China), donde 50.000 espectadores contribuyeron con un caldeado ambiente a que Catar -que ya estaba clasificada y no se jugaba nada- se sintiera incómoda sobre el césped.
China parecía llegar hoy casi desahuciada tras discretos resultados en meses anteriores, sobre todo por los dos empates a cero contra Hong Kong en sendos encuentros cargados de tensión política (debido a recientes protestas antichinas en la excolonia británica, donde se llegó a abuchear el himno nacional chino en el estadio).
Sin embargo, no todo estaba perdido y China llegaba aún viva a la jornada aunque con la necesidad imperiosa de ganar a Catar, líder de su grupo, y esperar a que en otros partidos pincharan algunos rivales en la carrera por ser de los mejores segundos.
Las carambolas llegaron en ayuda de China, y la sorprendente derrota a domicilio de Corea del Norte ante la débil Filipinas por 3-2, así como la abultada victoria de Australia por 5-1 a Jordania en los comienzos de la jornada hicieron que norcoreanos y jordanos se despidieran de Rusia 2018, mientras los chinos comenzaban a ver luz al final del túnel
Poco después llegaba la victoria de los chinos ante Catar, aunque aún hacía falta esperar otros resultados en Asia, y fue la victoria por 2-0 de Irán contra Omán la que, eliminando a los omaníes, confirmó matemáticamente el pase de los chinos a tercera ronda.
En ella, 12 equipos en dos grupos de seis competirán por cuatro plazas automáticas para Rusia y una quinta posible (en la que un equipo asiático disputará un play off contra el cuarto equipo clasificado en la confederación de la CONCACAF).
Junto a China y Qatar, se han clasificado para esa tercera ronda Arabia Saudí, Australia, Irán, Japón, Siria, Tailandia, Corea del Sur, Uzbekistán, Irak y Emiratos Árabes Unidos.
China sólo ha jugado una fase final de un Mundial, la de 2002, cuando se benefició de que dos de sus grandes rivales continentales, Corea del Sur y Japón, no jugaban la fase de clasificación asiática al ser los países anfitriones.
El nivel del fútbol chino aún es relativamente bajo incluso en relación con esos vecinos, pero en cambio el poder económico de su federación, liga y clubes está creciendo exponencialmente, como se vio en el reciente mercado de invierno, donde los clubes chinos gastaron por primera vez más dinero en fichajes que las ligas europeas.
Además, la pasada semana, el gigante inmobiliario y del entretenimiento Wanda se convirtió en la primera firma china en convertirse en patrocinador de la FIFA, ejemplificando el creciente interés del gigante asiático en participar cada vez más del gran negocio del fútbol.
Por otro lado, el Gobierno comunista chino, cuyo presidente, Xi Jinping, es un aficionado confeso al fútbol, puso en marcha el año pasado un plan nacional de desarrollo del deporte rey en el país con el que se busca fomentar el fútbol base y conseguir que mejore el nivel competitivo de la liga y la selección.
El objetivo soterrado de este plan, que incluye inversiones multimillonarias en este deporte y la implantación del fútbol como asignatura en la educación básica de millones de niños chinos, es conseguir que un día China logre clasificarse de nuevo para un Mundial y, ya puestos, ganarlo en un futuro que se antoja aún lejano.