La búsqueda de la felicidad para la peor selección del mundo

A falta de más de dos años para el Mundial 2018,  la fase de clasificación para la cita rusa ya ha dado lugar a sorpresas, pero ninguna como el histórico triunfo de Bután, la peor selección del mundo, en la primera ronda asiática ante Sri Lanka.

Lo hizo además a doble partido, después de ganar 0-1 en Colombo, capital de la isla del Índico, ante la incredulidad del seleccionador ceilandés por el juego defensivo de los butaneses. El fortín de Timbu se hizo notar en el partido de vuelta con la victoria de 2-1 de Bután en casa que les otorgaba un histórico pase a la segunda ronda.

Chencho Gyelthsen fue el héroe de la eliminatoria con sus dos goles en el partido de vuelta. Al jugador, de 19 años, se le conoce en su país como ‘CG7’ por su dorsal en la camiseta y su parecido en el estilo de juego con la estrella del Real Madrid. Chencho ha sido el primer futbolista de su país en jugar profesionalmente en una liga foránea, al fichar en 2015 por el Surin City de la segunda división tailandesa.

Récord de goles encajados

Ya en la segunda ronda, Bután se ha convertido en la selección más goleada de la ronda previa al Mundial de Rusia, con 52 tantos encajados en los seis partidos del Grupo C de la segunda ronda asiática y el único con 0 puntos en el casillero junto a China Taipei o Camboya.

Si ya histórica fue la clasificación ante Sri Lanka, más histórica pudo ser la victoria que se rondó ante otras islas, las Maldivas, en el último partido del grupo, disputado el pasado martes. Bután, con ‘CG7’ marcando el segundo gol, se colocó 1-2 en su visita a la paradisíaca Male. Así aguantaron hasta que los isleños empataran en el minuto 83 y Naiz marcara el 3-2 ya en el 87, rompiendo el sueño de Bután de seguir creciendo en el mundo del fútbol.

Y es que cuando se está en lo más bajo, sólo se puede mirar hacia arriba. Bután arrancó la fase de clasificación en el puesto 204º del Ránking FIFA, el último.

La Federación butanesa renunció a participar en el Mundial anterior, el de Brasil, así que la ausencia de partidos oficiales y las derrotas en los pocos jugados les hizo comenzar con 0 puntos en el ránking.

Ahora, después de estos resultados, Bután ha llegado a los 49 puntos, situándose en el puesto 193º por delante de Andorra, San Marino, Macao o las Islas Salomón, selección que encajó la mayor goleada de la historia en un partido de selecciones, un 31-0 de Australia camino de la Copa Mundial de Corea y Japón 2002.

Sin llegar a un 31-0, la segunda ronda de Bután no ha tenido precisamente resultados para recordar, a pesar del susto a las Islas Maldivas. Los tres primeros partidos se cerraron con un parcial de 0-28, después de debutar en Hong Kong (7-0) y caer en casa ante China (0-6). La debacle llegó en el partido de Qatar, donde los del Golfo Pérsico no tuvieron piedad y arrollaron a los butaneses por 15-0.

En la siguiente jornada, en casa ante Maldivas, un arreón final les permitió acercarse en el marcador para el 3-4 final, con 3 goles en los últimos 10 minutos en los que Chencho volvió a marcar. También estuvieron a punto de sacar un empate, a cero, en el siguiente partido, en la capital Timbú frente a Hong Kong, pero Chan Siu Kiu salió en el minuto 89 al rescate de los visitantes. Tras eso, 12-0 en China, 0-3 con Qatar y la ya mencionada derrota en las Maldivas con el 4-2 final.

El mayor logro de la historia butanesa

Este pase a segunda rando ha sido el mayor éxito de Bután a nivel internacional en fútbol desde que en 2008 alcanzara las semifinales del Campeonato de la SAFF (South Asian Football Federation), disputado entre algunas de las peores selecciones del mundo.

Una victoria por 3-1 frente a Afganistán permitió a los de la 'tierra del dragón' alcanzar las semifinales, donde le aguantarían un 1-1 a la India hasta la prórroga.  La India, dominadora del torneo, es uno de los países limítrofes del pequeño país ubicado en el Himalaya, junto a China y Nepal.

Sólo conociendo el excepcional enclave en el que se encuentra Bután y su condición social se explica este poco éxito en el mundo del balompié. Bután ha sido (y es, aunque ya en menor medida) uno de los países más aislados del mundo exterior y con más reticencias a aceptar influencias extranjeras.

Por poner un ejemplo, la TV e internet llegaron de la mano en el año 1999, en la despedida del siglo XX, aunque en los últimos años los usuarios hayan crecido de forma exponencial. También estuvo cerrado el país al turismo. Desde la apertura en 1974, ésta se ha convertido en la principal fuente de ingresos del país asiático, cuya economía ha estado siempre basada en el sector primario gracias al yak, el animal nacional.

Los organismos internacionales siempre han tenido en consideración a Bután como un país pobre, y por eso el rey Jigme Singye Wangchuk creó en 1972 el Índice de Felicidad Bruta en lugar del universal Producto Interior Bruto que clasifica a los países. Este ránking deja de lado factores tan materiales como el consumo para centrarse más en el bienestar y la felicidades sociales, motivado por la cultura budista que desde hace cientos de años ha impregnado el país. El desarrollo económico no va de la mano, según este índice, del desarrollo material y espiritual que realmente es relevante.

Esta cultura, plasmada en datos como la prácticamente ausencia de fumadores y personas obesas podría ser clave para el desarrollo del deporte en Bután, y más concretamente del fútbol al ser el más generalizado alrededor del mundo. Sin embargo, ya hemos comentado que Bután es un país de tradiciones, y el deporte más seguido en el país es el tiro con arco. De hecho, 24 de los 25 atletas olímpicos butaneses desde el debut en Los Angeles 1984 han participado en esa modalidad, sin que de momento hayan podido llevar de vuelta al Himalaya ninguna medalla.

Aun así, y a pesar de las derrotas, seguro que las actuaciones Chencho y los suyos en esta histórica fase de clasificación para Rusia 2018 han hecho elevar el Índice de Felicidad Bruta del país, con la primera clasificación de su historia para la segunda ronda. Que la FIFA les coloque en lo más bajo del ránking no importa en un país que se mide por otros parámetros, literalmente.