México arma otra fiesta en el Rose Bowl para ver a la selección
Diez dólares, unos 182 pesos mexicanos, son suficientes para recordar a su país de origen. Una bandera mexicana, fabricada en China, tiene ese costo a las afueras del estadio Rose Bowl de Pasadena, California, sede del segundo partido de México, ante Jamaica, en la Copa América Centenario.En Los Ángeles, la ciudad con más mexicanos fuera de México, viven unos 4,5 millones y a ellos, en especial a los fanáticos al fútbol, apelan el Tricolor cada vez que un partido se celebra en esta capital.
El día de juego es día de fiesta para los mexicanos en Los Ángeles y viven para el partido. Los periódicos advierten en sus publicaciones de posibles atascos por el tráfico y sobre las distintas vías que se verán congestionadas cerca de Pasadena.
Los aficionados pueden llegar a la denominada "fan zone" hasta cuatro horas y media antes del partido. Las puertas del estadio se abren dos horas antes y entonces el tiempo pasa lento para los seguidores que en ese lugar se sienten más cerca de su México.
El ambiente es un festival, lo mismo encuentra uno un mariachi, como en la Plaza de Garibaldi de Ciudad de México, que una banda sinaloense, que imprimen un ambiente que recuerda a las típicas fiestas mexicanas, en donde no faltan la cervezas y la comida a raudales.
Los extensos jardines que se ubican alrededor del Rose Bowl, donde México ganó en julio de 2015 la Copa Oro, precisamente ante Jamaica, se envuelven en un solo color: el verde y es complicado advertir una camiseta del equipo rival si no es en la tienda oficial de recuerdos.
El espacio es aprovechado para que los mexicanos expresen, mediante pancartas, mensajes antiracistas contra Donald Trump, quien en una piñata es paseado por el Chapulín Colorado y para presumir el rostro del "Chicharito" Hernández en fotos de gran formato.
A pesar de los pesares, la camiseta de Hernández es con mucho la que más portan los seguidores mexicanos, lo que instala al delantero del Bayer Leverkusen como el más popular entre los mexicanos en Estados Unidos.
Los 80.000 mexicanos, quienes anticipan en todo momento el segundo triunfo de México ante la selección de Jamaica, son la gran mayoría de los 210.000 aficionados tricolores que verán a los tres partidos de la selección mexicana en la primera fase. Unos 60.000 hubo en Phoenix y otros 70.000 se esperan en Houston.
Los mexicanos esperan que la fiesta termine con el triunfo de su país. Otro triunfo fue el que ellos ya consiguieron al trabajar y formar parte de la economía de Estados Unidos, lo que le permite hoy poder pagar las banderas de 10 dólares y seguir en directo al equipo de sus amores.