Las claves de la histórica victoria en Wembley
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Estas fueron las claves de la victoria de la selección española en Wembley, 1-2 ante Inglaterra, en el estreno de Luis Enrique Martínez como seleccionador en el primer partido de la Roja en la Liga de las Naciones.
La redención de De Gea
Era una de las grandes dudas por despejar en el estreno de Luis Enrique, que dejó claro quién sigue siendo el portero titular de España. El mal Mundial de De Gea pasó al olvido en la cabeza del portero madrileño, y eso que el inicio de partido volvió a dejar un gol en contra en el primer disparo que recibió. Cuando se alimentaba la mofa que acompañó toda su participación en Rusia, reapareció el portero que se encumbró en su momento como uno de los mejores del mundo. Amargó la noche a Rashford y frenó el oportunismo de Kane. Manos salvadoras, con la rodilla, un puño abajo. Salvó a España en sus peores momentos y mostró la seguridad perdida.
Un once con diez mundialistas pero solo cinco de la debacle
Diez de los once titulares estuvieron en un Mundial para el olvido hace dos meses y medio en Rusia. La revolución de Luis Enrique fue mayor en la convocatoria que a la hora de la verdad en el equipo que se estrenó en la Liga de las Naciones. Aunque dio protagonismo a Saúl, que no llegó a debutar, y a Rodrigo, que tuvo un papel secundario. Tan solo Marcos Alonso, con Jordi Alba fulminado como dueño durante años del lateral izquierdo, asomó como cara nueva.
Saúl, exhibición y primer gol de la 'era Luis Enrique'
En el nuevo diseño de un centro del campo que rebaja el toque ya sin el genio Andrés Iniesta, apareció como novedad Saúl que dio en Wembley una exhibición de sus virtudes. Jugador con presencia en todas las zonas del campo, que salva acciones de peligro del rival en propia área y las genera en la contraria con una llegada por sorpresa de segunda línea que se convirtió en el primer tanto de la 'era Luis Enrique'. Fue el futbolista que más disparó sobre portería rival. Una muestra de que la selección española tenía en el banquillo en la fatídica tarde en Moscú, que costó la eliminación en octavos de final ante la anfitriona Rusia, una solución al toque sin profundidad en la que cayó con su rival encerrado en su terreno.
Una nueva identidad y carácter con Luis Enrique
España necesitaba un triunfo y firmarlo en Wembley da prestigio para dejar atrás la caída de sus valores en el Mundial. Luis Enrique inició el retoque del estilo del toque que hizo dominar el mundo a la Roja. Mantuvo la presión alta que fue seña de identidad con Julen Lopetegui, quiso el balón pero siendo más directo y sin abusar de la posesión, como demuestra el 53% a favor de España al final del partido. Dio la orden de acabar jugada y disparar siempre que había opción (once remates). España mostró desajustes por corregir. Cuando le superaban la primera línea de presión hubo momentos que faltó repliegue y dejó espacios que aprovechó Inglaterra, como en la acción del gol.
Brillo en la columna vertebral salvo Isco
Los jugadores que marcan la columna vertebral de España estuvieron en su nivel salvo uno. Lo hizo De Gea, convertido en salvador, Sergio Ramos como líder absoluto defensivo e imprimiendo un carácter que contagia al resto, Sergio Busquets dominando la medular abarcando mucho campo y como el ancla perfecto. Solo faltó Isco, a quien Luis Enrique debe encontrar un sitio donde sea él en su sistema. Lo pegó demasiado a banda izquierda, en la mayoría de sus acciones pegado a la cal, y acabó afectando a su magia. No fue el jugador desequilibrante ni la referencia que necesita una España sin Iniesta.