Scolari deja atrás la sombra del 7-1 y convierte Palmeiras en campeón de Liga
Sandra Carnota Mallón
Río de Janeiro, 25 nov .- El exseleccionador de Brasil Luiz Felipe Scolari condujo este domingo al Palmeiras al título del Campeonato Brasileño, lo que le permitió deshacerse de la sombra que le acompaña desde la derrota por 7-1 que la Canarinha encajó frente a Alemania en las semifinales del Mundial de 2014.
Bajo el comando de 'Felipao', el conjunto verde de Sao Paulo garantizó el título de la Liga de este año con una jornada de anticipación al vencer por 0-1 a domicilio al Vasco da Gama, y con diez títulos nacionales se consagró como el club más laureado en el principal torneo de fútbol de Brasil.
En el país en el que este deporte se venera como si de una religión se tratase, eran muchos los que todavía no habían perdonado a Scolari de la mayor y más dolorosa derrota de la selección auriverde bajo un dramático marcador.
Sin embargo, 'Felipao' demostró desde que decidió tomar de nuevo las riendas del conjunto paulista, hace solo cuatro meses, que aún le quedaban éxitos por cosechar en su país natal.
El Palmeiras no ha perdido ningún partido en el Campeonato Brasileño desde el regreso del técnico a su banquillo y, tras igualar la racha de 19 compromisos sin derrota conseguido el año pasado por Corinthians, el nuevo campeón brasileño impuso nuevo récord en el 'Brasileirao' tras llegar este domingo a un invicto de 22 partidos.
El 'Verdao' se caracterizó esta temporada por un juego directo, sin abusar de los pases y con un trío de ataque integrado por el colombiano Miguel Borja, la estrella Dudú y el peligroso Willian, así como de un sólido bloque de defensa liderado por el portero Wéverton.
Esta es la tercera vez que Scolari dirige al Palmeiras. La primera fue entre 1997 y 2000, cuando conquistó la única Copa Libertadores del equipo (1999) y después lo hizo entre 2010 y 2012.
Scolari, de 70 años, con 36 de carrera y 25 títulos en su haber, se ha convertido en el entrenador de más edad en conquistar la Liga brasileña.
Con el triunfo del verde de Sao Paulo, el entrenador ha conseguido acallar las voces más críticas que desconfiaban de su valía sobre el campo y se ha vuelto a posicionar como uno de los grandes nombres del fútbol brasileño.
La carrera de Scolari pasó del panteón de los campeones al ostracismo, y ahora, de nuevo, al lado de los vencedores, con una larga trayectoria en la que nada ha sido automático, con tropiezos, resultados que no dejaron contentos a todos, y fracasos sonados, al igual que triunfos que han vuelto a ensalzar su nombre.
El auge de su carrera fue como entrenador de la selección brasileña que conquistó el Mundial de 2002 en Corea del Sur y Japón.
Debido a su éxito con Brasil, Scolari fue invitado a dirigir a Portugal y obtuvo unos resultados notables, pero agridulces.
Alcanzó la final de la Eurocopa 2004 en Lisboa, pero la perdió contra Grecia, y después llevó a la selección lusa a las semifinales del Mundial de Alemania 2006 y a los cuartos de la Eurocopa 2008.
En el Chelsea inglés no tuvo un buen año en la temporada 2008-2009 y fue despedido sin lograr ni un título, antes de irse dos años a un país con poca tradición futbolística como Uzbekistán, donde ganó la liga con el Bunyodkor.
Su regreso a Brasil en 2010 fue más amargo, pues pasó de ganar la Copa de Brasil con el Palmeiras a llevar al equipo, el más laureado del país, prácticamente a la segunda división de la Liga en la misma temporada, aunque se desvinculó del club semanas antes de que se materializara el descenso.
Con ese currículo, Scolari regresó a la selección brasileña en diciembre de 2012 en sustitución de Mano Menezes, como garantía del posible título mundial en 2014 y con el respaldo suficiente como para asumir el reto de dirigir a Brasil en su propia casa.
Tras la sonada derrota brasileña en el mundial, Scolari pasó a dirigir el Gremio de Porto Alegre y en 2015 se comprometió con el Guangzhou Evergrande chino hasta comenzar en julio de este año su tercera etapa en Palmeiras.