Monchi y el Roma, un triste final tras la alegría más grande
Andrea Montolivo
Roma, 8 mar .- El español Ramón Rodríguez Verdejo "Monchi" rescindió este viernes de forma consensuada su contrato de director deportivo del Roma, un final triste a una trayectoria que, hace diez meses, regaló al mundo romanista una de las alegrías más grandes de su historia.
La épica remontada contra el Barcelona en los cuartos de final de la Liga de Campeones del curso pasado, con triunfo 3-0 en el Olímpico tras el 1-4 del Camp Nou, se quedará como el gran orgullo de Monchi en su experiencia de 23 meses en la capital italiana.
Fue la alegría más grande para un Roma que llegó a soñar con sellar el billete para la final de Kiev, al quedarse a un solo gol de otra increíble remontada en las semifinales contra el Liverpool, con triunfo 4-2 en casa tras el 2-5 de Anfield.
Es esa la imagen con la que Monchi se queda de su etapa italiana, la primera de su carrera lejos de su casa, un Sevilla con el que también había hecho historia al coronarse como pentacampeón de la Liga Europa.
Unas emociones que, con él al mando de la dirección deportiva, la hinchada romanista, sobre todo la más joven, nunca podrá olvidar. Hacía 34 años que el Roma no llegaba tan lejos en Europa, un resultado del que podrá presumir el directivo de San Fernando.
Pero su experiencia en la capital italiana también fue marcada por altibajos y por una relación con la afición que nunca terminó de coronarse.
Su manera de interpretar su profesión de director deportivo no fue compartida por la mayoría del entorno, que lamentaba el hecho de que realizara demasiados cambios cada año en la plantilla, al vender a las piezas más importantes para financiar nuevas incorporaciones.
Una estrategia que dio frutos el primer año, cuando las ventas del egipcio Mohamed Salah al Liverpool (45 millones) y del argentino Leandro Paredes al Zenit San Petersburgo (26 millones), fueron reemplazadas con fichajes acertados, como el turco Cengiz Under o el serbio Aleksandar Kolarov.
Y que, por otro lado, le fue fatal en esta temporada. El pasado verano, Monchi traspasó al meta brasileño Alisson Becker al Liverpool (62 millones) o al belga Radja Nainggolan al Inter de Milán (38 millones) y financió de esa manera las incorporaciones de doce jugadores.
Pero los jugadores en los que puso más confianza no consiguieron ambientarse de la manera esperada, sobre todo el argentino Javier Pastore (pagado 26 millones al París Saint Germain), el holandés Justin Kluivert (15 millones al Ajax) o el francés Stephen Nzonzi (26 millones al Sevilla), quien solo mostró parte de su real potencial.
Esas dificultades complicaron el camino del Roma en esta campaña. en la que fue eliminado en los octavos de la Liga de Campeones contra el Oporto y en los cuartos de la Copa Italia con un humillante 7-1 contra el Fiorentina.
Tampoco la Serie A dio alegrías al cuadro capitalino, que es actualmente quinto a tres puntos de la zona de "Champions" y que perdió por goleada (3-0) el último derbi contra el Lazio.
Su último partido como director deportivo fue el miércoles en el Do Dragao contra el Oporto. Acabó con eliminación en la prórroga y con los insultos de algunos ultras en el aeropuerto: "Destruiste al equipo, vete ya".
Fue un final triste para un Monchi que, 48 horas después, acordó con el club la rescisión de su contrato.
Se fue con orgullo, tras mostrar siempre profesionalidad en las relaciones con los jugadores, los directivos y el entorno, y dejó en la plantilla del equipo a futbolistas que en los últimos meses dispararon su valor.
Es el caso del italiano Nicoló Zaniolo, pagado 8 millones de euros procedentes del Inter y que se convirtió en la auténtica revelación de esta temporada italiana. Fichar al talentoso centrocampista ahora requeriría un gasto que supera los 50 millones.
"Necesité un segundo para elegir la Roma, será imposible olvidarla. Dale Roma!!", escribió el directivo en Instagram, en italiano y en español, para despedirse.
Sale de la capital enriquecido por una experiencia en el fútbol del extranjero, con el respeto de su presidente por la dedicación mostrada y todavía con escalofríos por la hazaña lograda el curso pasado ante el Barcelona.