Krychowiak, un conocido de LaLiga, estrella del Lokomotiv
Ignacio Ortega
Moscú, 29 ago .- El Lokomotiv Moscú, rival del Atlético de Madrid en la fase de grupos de la Liga de Campeones, es un hueso duro de roer que cuenta en sus filas con varios campeones de Mundiales y Eurocopas como el alemán Höwedes y los portugueses Joao Mario y Eder y tiene al polaco Grzegorz Krychowiak, un conocido de LaLiga, como su gran figura.
Tras una travesía del desierto de varios años, el Lokomotiv ganó la liga rusa hace dos temporadas y la anterior sólo se vio superado por el Zenit San Petersburgo.
El Atlético coincidió con los moscovitas hace dos campañas en los octavos de final de la Liga Europa, trofeo que acabaría adjudicándose el equipo colchonero al derrotar en la final al Marsella.
La eliminatoria ante el equipo de los Ferrocarriles de Rusia fue un paseo para los españoles: 3-0 en el Vicente Calderón y un contundente 1-5 en la capital rusa con dos goles de Fernando Torres.
Al igual que el Atlético, el Lokomotiv también tiene su propio Luis Aragonés. Se llama Yuri Siómin, un técnico de 72 años que ha llevado al club de los Ferrocarriles de Rusia al título de liga en tres ocasiones desde la caída de la Unión Soviética.
Desde que regresara al banquillo de su club de toda la vida en 2016, el "sabio" Siómin ha logrado armar un equipo equilibrado con noveles y veteranos, rusos y extranjeros.
Aunque el objetivo prioritario es ganar la liga rusa -el Lokomotiv es ahora cuarto clasificado con los mismos puntos que el líder, el Krasnodar-, los rusos no quieren hacer el ridículo en la primera fase de la "Champions" como la pasada temporada, en la que ganaron un solo partido, el último, en un grupo asequible con el Oporto, Schalke y Galatasaray como rivales.
En las últimas dos temporadas su jugador más destacado ha sido el polaco Grzegorz Krychowiak, que jugó cedido el pasado año en Moscú y este verano fue comprado al PSG por 12,5 millones de euros.
Brillante en su época como sevillista, Krychowiak, que abandonó en su momento el PSG decepcionado con Unai Emery por la falta de oportunidades, es un todoterreno capaz de marcar diferencias en ataque con sus disparos desde fuera del área y sus remates de cabeza, pero también trabaja en defensa.
La llegada del polaco ha sido providencial, ya que coincidió con la salida del portugués Manuel Fernandes, el indiscutible líder del Lokomotiv en el pasado.
Las labores de creación corresponden a Alexéi Miranchuk, eterna promesa del fútbol ruso que parece haber explotado definitivamente esta temporada.
Su zurda de seda ha llamado la atención de grandes del fútbol español como el Atlético de Madrid, cuyo técnico Diego Simeone ha alabado en varias ocasiones su juego, y el Barcelona, sueño del ruso desde niño.
Le acompaña su hermano, Antón, un jugador más directo, pero no exento de técnica. Mientras, las labores de destrucción son exclusiva del joven Bárinov, que acaba de ser convocado por el seleccionador ruso, Stanislav Cherchésov.
Esta misma semana el equipo moscovita se ha hecho con los servicios del portugués Joao Mario, jugador del Inter de Milán que había jugado la pasada temporada cedido en el fútbol inglés.
Habitualmente, el equipo juega con un solo delantero arriba, aunque todo depende del estado de forma de Fiódor Smólov, muy irregular en el pasado, pero que tras su fiasco mundialista parece haber recuperado el olfato de gol.
Al ruso le favorece la lesión sufrida por el peruano Jefferson Farfán, el héroe del título de liga hace dos años, pero que a sus 34 años no volverá a los terrenos de juego hasta después del receso invernal.
En la recámara está Eder, que llegó a Rusia con la vitola de ser el autor del gol de la victoria en la final de la Eurocopa de Francia, pero que no ha cumplido ni de lejos las expectativas creadas por su fichaje.
Dependiendo del rival, Siomin puede alinear a cuatro o cinco defensas. En el centro de la zaga son siempre fijos Höwedes y el croata Chorluka, mientras el joven brasileño Murilo espera su oportunidad en el banquillo tras mostrarse nervioso en sus primeros partidos con la casaca verde del Lokomotiv.
El que es un seguro de vida es el portero brasileño Guilherme, quien a sus 33 años y tras doce temporadas en el club se ha asentado como titular indiscutible en la selección rusa tras la retirada del legendario Akinféev.
Lejos queda la temporada 2003-2004, cuando el "Loko" estuvo a punto de tumbar al Mónaco de Morientes en los octavos de final de la Liga de Campeones.
Encuadrado con el Real Madrid en la fase de grupos de la "Champions" de la temporada 2002-2003, el Lokomotiv se lo puso difícil a los blancos 2-2 en el Bernabeu, pero cayó por la mínima en Moscú (0-1) con gol de Ronaldo, que clasificó para los cuartos al entonces campeón de Europa.