Infantino ‘elige’ al candidato Motsepe para presidir el fútbol africano tras lograr la renuncia de sus tres rivales
La reducción de cinco a dos años del periodo de inhabilitación del expresidente de la CAF, Ahmad Ahmad, para ocupar cargos vinculados al fútbol, hecha pública este lunes por el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) en Lausana, impedirá finalmente al controvertido político malgache, depuesto de su cargo el pasado noviembre por el Comité de Etica de la FIFA, competir con el sudafricano Patrice Motsepe por un segundo mandato en los comicios del próximo día 12 en Rabat.
De hecho, el amigo personal de Donald Trump y noveno hombre más rico de África según la revista Forbes, que estima su fortuna personal en 2.900 millones de dólares, se convertirá en el primer presidente anglófono del balompié africano
Tras consumarse el pasado fin de semana el llamado 'pacto de Nouakchott’, por el que los otros tres aspirantes al trono del fútbol de ese continente retiraron sus candidaturas para dar su apoyo a Motsepe en aras de “la unidad del fútbol de Africa”.
Las maniobras políticas llevadas a cabo por la FIFA en las últimas semanas para tratar de influir en las elecciones han dado el resultado que pretendía Gianni Infantino. Y lo ha conseguido sin ni siquiera tener que acudir a las urnas. Y es que la necesidad de encontrar en el nuevo hombre fuerte de la CAF un aliado fiel que logre mantener unidas a las 54 asociaciones miembro, con la vista puesta en las elecciones de 2023, llevó al dirigente suizo a recorrer medio continente durante el último mes.
Infantino visitó Mauritania, Senegal, Camerún, República Centroafricana, Ruanda, Congo-Brazzaville, RD Congo, Sudán, Marruecos y Sudáfrica para firmar acuerdos de cooperación y de paso dar un espaldarazo en los pasillos a Patrice Motsepe y Ahmed Ould Yahya, sus dos candidatos afines, en plena campaña electoral a la presidencia de la CAF.
Conviene recordar que ambos candidatos fueron validados por el Comité de Revisión de la FIFA pese a las dudas de la propia CAF por cuestiones de integridad: Motsepe invitó a los 54 presidentes de la CAF a Pretoria para asistir al 50 aniversario de su club, el Mamelodi Sundowns, contraviniendo de ese modo el código ético de la FIFA. Por su parte, Ould Yahya se vio salpicado por una sentencia del Tribunal Supremo de su país que acusó a la federación mauritana, que preside, de haber retenido ilegalmente los 75.000 US dólares que el Levante UD pagó al ASAC Concorde por el fichaje del jugador Aly Abeid, en 2016.
El último episodio del culebrón en que se han convertido las elecciones presidenciales del fútbol africano se produjo la semana pasada en Marruecos. Allí fueron convocados tres de los aspirantes (Ould Yahya, el marfileño Jacques Anouma y el senegalés Augustin Senghor) por el presidente de la federación marroquí, Fouzi Lekjaa, con el pretexto de buscar un acuerdo para presentar una sola candidatura en representación del Africa Occidental. Para sorpresa de los presentes, en el cónclave hicieron también acto de presencia Veron Mosengo-Omba y Mathias Grafstrom, dos de los miembros más preeminentes del grupo de trabajo de Infantino.
Los emisarios del dirigente suizo trataron de persuadir a los tres candidatos para que se echaran a un costado en la carrera electoral y brindaran su apoyo a Motsepe, quien se ha convertido con el paso de las semanas en el delfín de Infantino para suceder a Ahmad. Mosengo y Grafstrom ofrecieron a Yahya y Senghor dos vicepresidencias de la CAF, mientras que al marfileño Anouma le propusieron ocupar un cargo de ‘asesor especial’ si se retiraba de los comicios.
Anouma, exmiembro del Ejecutivo de la CAF y del FIFA Council, fue el único que trató de resistirse en un primer momento a la propuesta orquestada en Zurich. No en vano el marfileño se perfilaba como el único de los candidatos que no parecía dispuesto a seguir las reglas del juego que Infantino ya impuso durante el caótico mandato de Ahmad Ahmad, que tanto ha dañado la imagen del continente a causa de los incontables episodios de corrupción y abuso de poder que se produjeron en los últimos tres años.
Sin embargo, la presión sobre el candidato marfileño en forma de acusaciones de diversa índole, como el haber financiado su campaña electoral con fondos (15 millones de euros) procedentes del gobierno marfileño, le forzaron a echarse a un lado y anunciar el pasado sábado de manera oficial, del mismo modo que hicieron tanto Ould Yahya como Senghor, su renuncia a la carrera presidencial y brindar su apoyo a la candidatura de Motsepe. “Después de varias reflexiones y consultas, decidí renunciar a mi candidatura para la elección a la presidencia de la CAF”, indicó.
Mientras tanto, Gianni Infantino rechazaba de plano durante la rueda de prensa virtual posterior a la reunión de la International Board (IFAB), haber jugado directa o indirectamente un papel activo en la campaña electoral previa a los comicios. “Las elecciones del fútbol africano se rigen por un proceso democrático”. Tal manifestación quedó en entredicho 24 horas más tarde cuando el candidato senegalés, Augustin Senghor, declaró al renunciar a la carrera presidencial que “decidimos aceptar la propuesta que nos presentaron la FIFA y las Federaciones de Marruecos y Egipto por el interés superior de la unidad del fútbol africano”.
Después de asistir en Zúrich a las reuniones de la IFAB el pasado viernes, el presidente de la FIFA regresó a África, concretamente a Mauritania, donde el domingo quedó sellado finalmente el acuerdo que dejaba expedito el camino a Motsepe. Los cuatro candidatos aparecieron junto a Infantino en una ceremonia de celebración de la llamada ‘unidad africana’ en Nouakchott, en la que el suizo afirmó que el deseo de todas las federaciones africanas era “detener las divisiones y unirse”.
“Los cuatro candidatos han reiterado que lo que los une es mucho más fuerte que lo que potencialmente podría dividirlos. Esta fue la razón por la que decidieron que debían unir fuerzas y formar un equipo bajo el liderazgo de Patrice Motsepe”, explicó la FIFA en un comunicado.