Visones, 30.000 dólares o saunas: López Nieto recuerda un intento de soborno en Champions

El excolegiado internacional malagueño Antonio Jesús López Nieto es uno de los protagonistas de la última entrega del programa 'Los Otros' de Movistar en la que se recogen historias del mundo del arbitraje en décadas pretéritas, antes de la profesionalización que existe hoy en día. Otros tiempos muy distintos en los que la búsqueda de las artimañas quedaban más apartadas de un foco mediático que prácticamente no existía. Durante el transcurso del programa López Nieto repasa un acontecimiento que pasó a ser historia negra de la Champions League: un intento de soborno por parte del Dinamo de Kiev al malagueño antes de un partido en septiembre de 1995 ante el Panathinaikos. Hechos denunciados en su momentos, que provocaron cambios -y una dura sanción contra el Dinamo de Kiev- y que López Nieto ha recordado más de 25 años después.

Al llegar a Kiev una delegación del Dinamo recogió a López Nieto y a sus ayudantes. Les llevaron a ver la ciudad y les ofrecieron darse una sauna, proposición que López Nieto rehusó señalando que "no era bueno para la musculación". "La sauna que me ofrecían era otra, claro", deja caer el malagueño, al que tocaron en la puerta de su habitación de hotel para darle un regalo: "Me dieron un paquete con dos abrigos de visón y uno de los líneas me dijo que también le habían dejado un abrigo". Después, trasladaron al equipo arbitral a una villa en la que se gestó la última parte del intento de soborno.

"Llegamos a una especie de villa y nos dicen: 'Esta es la sede del Dinamo de Kiev', sonriendo. De pronto, vemos algunas chicas corriendo por allí en una situación muy provocativa. Uno que estaba en una sala me da un papel y pone: 'Antonio, victoria Dinamo. 30000 dólares'. En español", cuenta López Nieto, que acabó marchándose de allí, arbitrando sin incidentes de ningún tipo el encuentro -ganó el Dinamo por la mínima- y denunciando posteriormente los hechos. Pese a que el Dinamo de Kiev acusó al colegiado de haberse inventado el soborno, la UEFA sancionó al cuadro ucraniano con un año sin disputar competiciones europeas. Desde entonces, además, los equipos dejaron de encargarse de recoger a los árbitros.