La dimisión de Luis Rubiales, una cabeza desordenada y machista

Al afortunadamente ya expresidente de la RFEF Luis Rubiales se le ha caído el pelo. Hace tiempo, pero todavía se pasea por esa cabeza suya tan desordenada, la idea recurrente de un pasado cercano asquerosamente machista, la pregunta que se hacían los abusones y los macarras: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, con el cariño que yo te tengo,… ¿Cómo me puedes hacer esto a mí?,… ¿Cuánto quieres?

La dimisión de Luis Rubiales no acaba con el beso robado…

El gesto robado es el detonante de todo un ideario, un cambio en los modales y las formas. Un respeto a la mujer, más allá del mundo del fútbol, donde curiosamente dentro de unos años igual tengamos que agradecer a ese machote, con toques de jamón jamón, que destapase la caja de Pandora de la indecencia provocando un terremoto con algo tan hermoso como un simple beso.

Pero hasta en ese detalle, el que todo lo tenía quiso aprovecharse de su poder atrapando lo que él llamó pico, con la naturalidad de un necio. No era pico era una imposición, violaba el espacio personal de una campeona. Estaba drogado por el poder.

Es en ese momento donde ya no valen las disculpas, cuando caes en la cuenta de que todo lo que hiciste estuvo mal.

· Por Patxi Herranz, Periodista de El Correo y Radio Popular de Bilbao