El amor incondicional de Raphael Dwamena por el fútbol: "Si muero será la voluntad de Dios"

Raphael Dwamena ha perdido la vida súbitamente tras desplomarse en mitad de un partido con su actual equipo, el KF Egnatia albano. Desde hace 4 años el jugador sufría de problemas cardiacos, que ya le obligaron a parar la actividad deportiva cuando pertenecía al Real Zaragoza en la temporada 19/20. Además, en 2021 ya tuvo un desplome mientras estaba sentado en el banquillo. Ante esta situación, el ghanés tenía una cosa clara: "Si muero será la voluntad de Dios".

Desde que en 2019 tuviera que desvincularse del Real Zaragoza debido a sus problemas cardiacos, Dwamena priorizó el fútbol por encima de lo que le decían todos los médicos sus distintos clubes. De hecho, en enero de 2020 se sometió a una operación en la que se le insertó un desfibrilador (DAI), que posteriormente se retiró, poniendo en riesgo su vida.

Tras su paso por el club aragonés, fichó por el Velje de la Superliga danesa. Pero después de que su ritmo cardiaco se disparara en varias ocasiones por encima de unos niveles de riesgo, le desvincularon del club.

En su siguiente equipo, el FC Blau-Weiss Linz de la liga austriaca, vivió el primer desplome debido a sus dolencias. Sucedió cuando el delantero se encontraba en el banquillo, sin hacer ningún tipo de esfuerzo. Se llevó la mano a su corazón y cayó al suelo. Gracias al DAI, la vida del jugador no corrió peligro, pero era una clara advertencia para que dejase definitivamente el fútbol profesional.

Pero Raphael Dwamena destacaba por ser un hombre extremadamente religioso y quiso dejar en manos de Dios su vida, llegando a afirmar: "Solo alguien puede decirme que es hora de parar, el Señor". De esta manera llegaba al Old Boys suizo. Allí jugó 11 partidos y llegó a anotar un hat-trick, por lo que los problemas de corazón parecían quedar a un lado.

El trágico final de Raphael Dwamena

Desde hacía un año, Dwamena jugaba en las filas del KF Egnatia, club de la liga albana. Durante la primera temporada jugó prácticamente todo y la terminó anotando 12 goles. Esta campaña venía mejorando números, igualando esa cantidad de goles con la mitad del curso todavía por disputar. Pero en el encuentro que enfrentaba contra el Partizani, Raphael Dwamena caía desplomado en el terreno de juego, falleciendo en ese mismo instante.

Tras las numerosas advertencias de sus doctores, Dwamena quiso que su destino lo decidiese Dios. Y falleció haciendo lo que más amaba, jugar a fútbol.