Por qué no hubo pausa de hidratación en el Sánchez-Pizjuán: la petición del Celta, rechazada por el Sevilla

La primera mitad del partido entre el Sevilla FC y el Celta de Vigo se jugó de principio a fin. Desde el pitido inicial al silbido para marcar el descanso solo la entrada de las asistencias médicas interrumpió el desarrollo del encuentro. A pesar de las altas temperaturas, superiores a los 25º Celsius, el colegiado José Henández Maeso no tuvo que recurrir a la pausa de hidratación a pesar de la petición del Celta de Vigo.

La razón, según adelantó la Radio Galega y ha podido confirmar ElDesmarque, es que el Sevilla FC declinó hacer la pausa de hidratación al entender que la temperatura existente durante la disputa del partido no era excesiva. La tradición establece que la pausa de hidratación, que se realiza a la media hora de cada parte, se suele realizar con temperaturas que rondan los 30º Celsius.

Se suelen solicitar entre los meses de mayo y septiembre, sobre todo si la temperatura es superior a los 30 grados Celsius. Este partido no era el caso. La temperatura, alta para un mes de marzo, rondaba los 25º con picos de 28º.

El Celta, acostumbrado a temperaturas más bajas, pidió antes del inicio del partido que hubiese una pausa de hidratación. El Sevilla declinó tal opción al entender que no era necesaria al desarrollarse el partido en unas condiciones climatológicas normales.

La última decisión es, como dicta la norma, para el colegiado del partido. José Henández Maeso decidió que no hubiese ese tiempo para descansar. La pausa de hidratación se suele dar en los minutos 30 y 75 del partido. Los jugadores se van a los banquillos para ingerir líquidos un máximo de tres minutos.

Estas pausas suelen durar menos, alrededor de dos minutos. Finalmente no se ha celebrado en el Sánchez-Pizjuán a pesar de la petición del Celta de Vigo. Una petición que no se ajustaba tampoco a los criterios para los que fue creada esta norma para proteger la salud de los futbolistas.