La llamada a la rebeldía en Lyon acaba en otra derrota del Athletic (2-1)
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Asís Martín II BilbaoLa llamada de Marcelo Bielsa a rebelarse no ha surtido efecto. Pese a la mejoría, sobre todo defensiva, del Athletic en Lyon se ha sumado la octava salida consecutiva sin ganar. De hecho no vence fuera desde el 22 de abril. Lo que unido a la victoria del Sparta de Praga, (3-1), deja al actual subcampeón de la UEFA casi eliminado pese a estar encuadrado en uno de los grupos asequibles de esta Fase.
El síndrome del viajero se ha instalado en el Athletic que se ve incapaz de ganar fuera o incluso de no encajar dos goles o más en cada salida. Aunque presione, defienda, corra, combine o toque más que otras veces, los resultados no llegan y la crisis empieza a ser preocupante. Hoy ni siquiera se ha podido aprovechar las concesiones del técnico rival o varias ocasiones clarísimas que Susaeta y Aduriz no han convertido ante Vercoutre. El equipo no encuentra el camino ni la fortuna, los partidos pasan y el abatimiento cunde. Ganar en San Mamés al Getafe ya es más que obligatorio, es más que cuestión de vida o muerte, que diría Bill Shankly.
Athletic Club: Iraizoz, Iraola, Gurpegi, Amorebieta, Aurtenetxe, Iturraspe, Susaeta, Ander Herrera, De Marcos, Muniain (Ibai 65) y Aduriz (Llorente 59). En el banquillo estaban: Raúl, San José, Castillo, Toquero, Llorente, Ibai e Isma López.
Debía pensar Rémi Garde más en el homónimo de Marsella y en la Ligue 1 del domingo que en la jornada de UEFA para dejar de entrada a cuatro titulares en el banquillo y ceder terreno. Ese detalle quería aprovecharlo un necesitadísimo Athletic presionando muy arriba y marcando de salida el ritmo de esta temprana final. El balón, objeto de debate previo por las similitudes de estilo de ambos equipos, era vasco. Ander Herrera trazaba pases hacia Aduriz, se tiraban paredes con variada fortuna, en lo que era un Athletic más reconocible que el de otras salidas.
Faltaba por ver cómo estarían la defensa rojiblanca y la francesa, porque hubo que esperar para ver ocasiones reales. Tal vez porque el línea inglés debía tener un medidor láser en las contras bilbaínas, ya que hubo un par de ellas que hasta por televisión generaban dudas. Se ve que a Marriner no.
En el 25' Vercoutre salvaba una buena llegada de Aduriz que se escoraba en exceso sin ver a Susaeta que estaba solo. Fue la mejor ocasión en un primer tiempo equilibrado. Aunque tres minutos después Fofana buscaba la puerta de Gorka con un boleón que tropezaba en el enésimo peínado (?) de Amorebieta. O en el 42' Malbranque tras un grave error de Iturraspe. Y es que la posesión con el paso de los minutos fue rolando al conjunto galo. No tanto porque los franceses achucharan sino porque los leones estaban imprecisos, y algún peso pesado inerte como De Marcos, Susaeta, o incluso desaparecido, como Muniain en la red de Reveillere. El motor actual de Ander Herrera no da para marcar una boga de ariete por sí mismo, y los de Bielsa fueron de más a menos hasta el descanso.
El 3-0 del Sparta en Praga al Hapoel aportaba todavía mayor presión a un Athletic algo enfadado con el sibilino arbitraje del británico en la medición de las entradas, tarjetas o fueras de juego. Más que flema lo suyo era alergia, no sabemos si al equipo visitante o tal vez al execrable uniforme hoy de los nuestros. Y luego decían de la camiseta 'ketchup' aquella de Darío Urzay.
En esas disquisiciones textiles llegaba el 1-0 de Lisandro, muy mal marcado en su remate por Gurpegui. Al menos desde ahí sí salía la rabia de los de Bielsa que se íban a por todas. Lástima lo mal que definía Susaeta una vaselina a placer ante Vercoutre en el 59'. El 'Loco' metía a Llorente por un Aduriz que hoy no estuvo fino en las dos ocasiones que había tenido ante la meta gala. Había 25 minutos para intentar salvar la vida europea. La misma que pendió de un hilo después con un tiro cruzado del recién entrado Gomis o con una falta rasa de Monzón. Afortunadamente, esas no entraron mientras que Ibai enganchaba un golazo desde la frontal tras una buena dejada de Llorente superando de nuevo a su central. El partido había enloquecido de área a área... y salió cruz otra vez.
En el 82' Iraizoz salvaba un nuevo disparo de un Gomis imparable para los defensas rojiblancos, y menos mal que no lo sacaron de titular. Y en el 83' Susaeta volvía a perdonar en otra gran intervención previa del delantero riojano. Ahí estaba la necesitada victoria, que se íba a convertir en derrota cuando Briand remachaba a placer un flojo y centrado despeje de Iraizoz. Mal el portero y mal sus compañeros por no estar atentos.
Pese a los cuatro minutos de descuento era la puntilla de la octava salida oficial sin ganar consecutiva en esta temporada. Todo un síndrome ya en sí mismo. El domingo espera el Getafe sin Herrera, que empezará a cumplir su sanción de dos partidos en Liga. Ya solo vale ganar, ganar y ganar.