Amorebieta continúa con su reflexión entre el banquillo y la grada
Fernando Amorebieta, defensa del Athletic, es libre para negociar con otros equipos desde el pasado martes, día 1 de enero. Dispone de una suculenta oferta, "definitiva e indefinida" en palabras de Josu Urrutia, que le colocaría al frente del ranking de los mejor pagados de la plantilla rojiblanca. Pero el central le sigue dando vueltas.
Parece que está dispuesto a aceptar el salario que le propone el de Lekeitio, por debajo de sus pretensiones iniciales, pero a cambio quiere un sexto año de contrato.
El máximo mandatario de la entidad bilbaína anunció recientemente que no va a dar un paso más en su propuesta. Se ha llegado ya a un punto en que o lo toma o lo deja. Amorebieta, que fue padre el pasado 31 de agosto, tiene muchas variantes que encajar antes de ofrecer una respuesta definitiva. Mientras, reflexiona desde el banquillo en una temporada donde ha visto reducido su protagonismo en el verde entre lesiones, sanciones y, recientemente, por la creciente competencia en el puesto.
Apenas ha disputado la mitad de los 29 compromisos oficiales que acumula el equipo de Bielsa en la presente campaña. Exactamente ha participado en una quincena. Y han pasado ya tres semanas desde su última comparecencia. Fue ante el Eibar, en San Mamés. El defensa cometió el penalti que, a la postre, supuso la eliminación de la Copa y fue relevado ipso facto por el argentino nada más cometer la infracción. Después, se perdió los dos últimos partidos del año por una repentina lesión muscular. Tampoco pudo jugar el amistoso de Euskal Selekzioa ante Bolivia y, según las pistas ofrecidas el miércoles en Lezama, no será de la partida ante el Levante.
Bielsa ha ensayado con el joven Aymeric Laporte y Borja Ekiza en el eje de la zaga. Gurpegi, otra de las opciones como central, probaba de mediocentro de contención. Las crecientes alternativas del preparador rojiblanco en dicho puesto debilitan la posición de Amorebieta, que ya no es fijo en el once titular. De hecho, si el de Rosario llegara a verle afectado a nivel psicológico por el asunto de la renovación, no dudaría en sacarlo de la dinámica de grupo, como ya hizo con Llorente y Javi Martínez en verano. "En función de los antecedentes y del estado físico y anímico de cada futbolista, evalúo y decido el segmento de compañeros en el que los sitúo", explicó entonces el míster.